Acapulco.-  La última cena de 2023 para Karen Luna y su familia no fue en su casa de la Colonia Libertad sino sobre la acera de la Costera Miguel Alemán, cerca del Parque de la Reina.

Sobre la mesa de plástico estaban el pollo relleno con carne molida y el chilate guerrerense, también había tamales, ensalada y pastel de elote.

Llegaron a las 22:00 horas y se instalaron para ver desde ese lugar el espectáculo de pirotecnia con el que desde la bahía se despediría a 2023, año que seguramente será recordado por la destrucción que dejó a su paso el huracán “Otis”.

Karen y su familia fueron de los afortunados, los vientos del huracán solo arrancaron unas láminas, hicieron volar su tanque de agua e inutilizó el aire acondicionado.

Sin embargo, comparten la misma sensación de muchos acapulqueños: un temor ante otra desgracia de igual magnitud y un espíritu para reponerse de la tragedia.

“Hoy estamos aquí dándonos cuenta de que todo lo que pasó solamente fue una prueba de que debemos estar más unidos. En estos momentos estamos valorando la vida de las personas que siguen con vida y que siguen con nosotros”, afirmó.

“Lamentablemente, a veces tienen que pasar este tipo de cosas para valorar lo que realmente es vivir, lo que realmente es disfrutar, para ver que estas cosas valen la pena: estar aquí con tu familia”.

“¿Qué le deseas a Acapulco para el 2024?”, se le preguntó.

“Que se levante, que no nos rindamos, que nadie se rinda, que nadie se vaya de aquí, que todo lo contrario, que todos le echemos ganas, que sigamos con la fuerza apoyando al mismo Acapulco”, respondió Karen.

Cena colectiva

Desde el Parque de la Reina y hasta la Playa Papagayo las mesas de plástico se multiplicaron, ya sea sobre la acera o sobre la playa, donde cientos de familias decidieron cenar viendo hacia la bahía para despedir al 2023.

Cada mesa con cuatro sillas fue rentada en 650 pesos y la comida y la bebida corrió a cargo de cada familia.

Los ocho integrantes de la familia Martínez, originarios de Atizapán, Estado de México, cenaron pechuga rellena, pasta y ensalada.

Cada año viajan a Acapulco para festejar el Año Nuevo y éste, pese a las malas noticias por el azote del huracán, no fue la excepción.

Por eso su deseo para 2024 es que el puerto de Acapulco se recupere lo más pronto posible.

“Echarle ganas, no hay más. Trabajar y adelante. Acapulco puede”, afirmó Marcos Martínez.

Conforme se acercaba la medianoche llegó más gente a la playa y la Costera Miguel Alemán se fue llenando de vehículos, primero en doble fila, después en triple, en cuádruple y llegó un momento en el que prácticamente fue un estacionamiento.

Lealtad

Un imitador del fallecido cantautor Juan Gabriel preguntaba a los asistentes del restaurante El Anzuelo, en Playa Hornos, su procedencia y de las mesas comenzaron a gritar: “¡Iztapalapa!”, “¡Chilpancingo!”, “¡España!”.

El establecimiento habilitó 13 mesas sobre la playa y los meseros se afanaban en atender a los 130 comensales que disfrutaron de la cena y el show.

“Son nuestros clientes que año con año nos visitan y no nos dejaron solos, retornaron y están aquí, con nosotros, esta noche”, aseguró Magdalena Laredo, la propietaria.

“Son reservaciones que se hacen desde septiembre, llegó ‘Otis’ y todavía preguntaron si sí (estaríamos abiertos) para confirmar y nosotros estamos trabajando un 20 por ciento el restaurante, pero estamos cumpliendo con la cena de Año Nuevo”.

Este establecimiento, heredado por tres generaciones, abrió hace cuatro días y en la entrada exhibía una enorme manta con fotografías de los daños que sufrió con el paso de “Otis”.

“En reconstrucción”, se leía en el anuncio que daba la bienvenida a los clientes.

“(Es especial) recibir a los turistas que están confiando nuevamente en nosotros, estamos muy contentos y saben que Acapulco nunca le falla”, aseguró Laredo.

Atardecer

Desde las 17:00 horas del 31 de diciembre comenzaron a llegar al anfiteatro del mirador Sinfonía del Mar los acapulqueños para ver la última puesta del sol de 2023.

La luz del atardecer se reflejaba sobre el agua de la bahía y cuando chocaba sobre las bancas de concreto daba efectos rojizos y rosados.

Erik Vela dijo que eso es lo que vale la pena del puerto y por más desastres que haya no se los podrán arrebatar.

Sin embargo, tiene claro que la devastación ocurrida no fue sólo resultado de un fenómeno natural, antes de que “Otis” golpeara Acapulco el pasado 25 de octubre hubo omisiones que acrecentaron los efectos.

“(Lo ocurrido) es una llamada de atención para el Gobierno de Acapulco porque hubo mucha devastación, más de lo que debió ser y creo que es por la falta de recursos del gobierno que no emplea en la ciudad”, consideró.

“Por ejemplo, los semáforos, que ya estaban muy viejos; edificios que no llevaron (en su construcción) el protocolo que debería de ser y que estaban muy deteriorados”.

Año viejo

Lejos de la algarabía del Acapulco Tradicional y la Zona Dorada, en la Zona Diamante Víctor Toledo, de 64 años, se alistaba para pasar la última noche de 2023 en vela.

Es el cuidador del Villas Club de Playa, que daba servicios a los residentes de unos departamentos ubicados frente a la Costera de las Palmas.

El club cerró desde el paso del huracán porque fue arrasado, pero la vigilancia se mantiene debido a que de los edificios contiguos ha habido desprendimientos de tablarroca.

Toledo no llevó nada para cenar, para él será un día más de trabajo, vigilando un acceso por donde ya no cruzan vehículos ni atraviesan personas.

Así despedirá el Año Viejo, el que probablemente será recordado por “Otis”.