El último capítulo de las aventuras de James Bond, Sin tiempo para morir, fue preestrenado el martes en Londres, una cinta llena de acción y de sorpresas en la que Daniel Craig cumple con creces su misión: ofrecer la versión más humana del agente secreto más famoso.

Largamente esperada tras varios aplazamientos por la pandemia y los confinamientos, la entrega 25 del agente 007 se estrena este jueves en el Reino Unido y un día después en España y parte de Latinoamérica.

En ella, Craig se pone por última vez al servicio de su majestad y el nombre de su relevo es todavía un misterio. El final de esta película, que rompe múltiples códigos de la franquicia, deja todas las hipótesis abiertas.

«El covid lo complicó todo, pero estamos aquí, hemos sacado la película y no podría estar más feliz», afirmó Craig, luciendo una chaqueta de terciopelo rosa y un paraguas negro contra la lluvia que se abatía sobre la capital británica.

Junto a él sus compañeros de reparto, el estadounidense Rami Malek, la francesa Léa Seydoux y la británica Lashana Lynch, o el director Cary Joji Fukunaga.
También, en un elegante vestido negro de amplio escote, la cubano-española Ana de Armas, reclutada para la saga tras despuntar en 2017 por su trabajo en Blade Runner 2049 y aparecer posteriormente junto a Craig en el thriller Knives Out.

En el preestreno también participaron la iconoclasta estrella pop Billie Eilish, que a sus 19 años de edad es la cantante más joven en componer e interpretar música para esta saga, y la realeza británica, con la presencia de los príncipes Carlos y Guillermo y sus esposas Camila y Catalina.