El Penacho de Moctezuma, un abanico de plumas de quetzal y oro que, en un estado de fragilidad, se conserva en el Museo Antropológico de Viena y que simboliza el poder máximo del México Antiguo, es ahora objeto de polémica por la negativa de Austria a prestarlo para las conmemoraciones de 2021.

Este martes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticó que Austria se haya apoderado “por completo” del icónico objeto y advirtió: “Esa pieza es nuestra y somos muy perseverantes”.

Reclamado desde 1991, el penacho es la joya que las autoridades mexicanas anhelan repatriar de cara al 2021, cuando confluirán las celebraciones de los 700 años de la fundación de Tenochtitlán, los 500 años de la Conquista y los 200 años de la Independencia.

El Gobierno de López Obrador hizo la solicitud formal de préstamo con la intermediación de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müeller, quien viajó a Europa para pedir otras piezas históricas y arqueológicas.

Sin embargo, el Museo Antropológico de Viena sostiene que la joya no podría ser llevada a México “al menos en los próximos diez años”. El penacho “es demasiado frágil”, aseguró este martes Gerard van Bussel, curador de las colecciones de América del Norte y Central de esa institución pública austríaca.

Regalo a Cortés o botín de Guerra
En lengua náhuatl, se le llamó “copilli quetzalli” y era un abanico ceremonial con 68 piezas de oro de 24 quilates, 400 plumas de quetzal y un escudo de guerra que representa el poder y la sabiduría en la cosmogonía náhuatl.

La historia señala que el penacho le pertenecía a Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520), el emperador mexica que recibió al conquistador español Hernán Cortés en 1519.

Según las versiones que se consulten, Moctezuma le regaló el penacho a Cortés, quien lo obsequió al rey Carlos I de España y V de Alemania, o Cortés lo sustrajo junto con el bastón de mando, el escudo de armas y el banderín del gobernante.