Manifestantes incendiaron la noche del jueves una comisaría de policía en Minneapolis, en el norte de Estados Unidos, en la tercera noche de protestas por la muerte de un hombre negro a manos de la policía poco después de ser arrestado.

Miles de personas presenciaron el incendio en la zona norte de la ciudad, después de que algunos derribaran las barreras que protegían el edificio y rompieran las ventanas.

Los policías de la comisaría habían salido antes del incendio, según las autoridades por “seguridad” de su personal, informaron en un comunicado de prensa.

Las manifestaciones habían sido hasta ahora mayoritariamente pacíficas, con las multitudes contenidas por las fuerzas de seguridad, pero en las últimas horas hubo saqueos en una treintena de tiendas e incendios en los alrededores de la comisaría donde trabajaban los policías involucrados en el caso. Y las autoridades respondieron con el uso de gas lacrimógeno.

La muerte el lunes de George Floyd generó indignación luego de una serie de crímenes policiales contra la comunidad afroestadunidense. Y también en la ciudad vecina de Saint Paul la policía tuvo que hacer un recuento de daños. “Sabemos que hay mucha cólera. Sabemos que hay muchas heridas. Pero no podemos tolerar que algunos aprovechen la ocasión para cometer delitos”, deploró el director de policía de esa localidad, Todd Axtel.

El gobernador del estado de Minnesota firmó un decreto para autorizar la intervención de la guardia nacional y el envío de 200 policías estatales y helicópteros. “La muerte de George Floyd debe generar justicia y reformas fundamentales, no más muertes y destrucción”, dijo el gobernador Tim Walz en un comunicado el miércoles.