Una pila bautismal del siglo XVIII y su aspersor de agua bendita, pertenecientes al Templo de la Purísima Concepción de Caborca, Sonora y hallada en Tucson, Estados Unidos, fueron devueltas a México por parte de la Sociedad Histórica de Arizona, informó la Secretaría de Cultura.
La entrega oficial de estos bienes se llevó a cabo en un acto en el Consulado de Tucson, Arizona, en Estados Unidos.
Durante la conferencia, Linda Whitaker, integrante de la mesa directiva de la Sociedad Histórica de Arizona, explicó que la pila “corresponde a una pieza bautismal fabricada en el siglo XVIII, forjada en cobre, ovalada, con diseño multilobulado en floriforme, está grabada y pintada a mano en rojo y blanco”.
Además tiene “motivos diversos de pétalos verdes y naranjas; contiene una tapa y un cerrojo de hierro remachado en forma de lágrima, cuyo uso principal se dio en el siglo XIX, como receptáculo de agua bendita en la antigua Misión de Caborca”.
Mientras que el otro bien cultural, complemento de la pila, es un aspersor de agua bendita, fabricado en cobre en el siglo XIX, con un asa para facilitar su uso dentro de las actividades que realizaban los clérigos; también fue labrado a mano.
En un comunicado el director general del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH), Diego Prieto, recordó que “la pila bautismal forma parte de la gran historia de las Misiones de la Pimería Alta, a las que pertenece Caborca”.
Aseguró que, tras esta entrega a México, a la Misión de Caborca, actualmente Templo de la Purísima Concepción, “la pieza será exhibida al público guardando en todo momento los protocolos de seguridad y salud”.
Durante la recepción de ambas piezas, las autoridades presentes destacaron la importancia de la colaboración entre México y Estados Unidos en la preservación del patrimonio cultural compartido, como en este caso de las misiones de la Pimería Alta.
Señalaron que las misiones representan un vasto patrimonio conformado por su arquitectura, órdenes religiosas, documentación histórica, expresiones estéticas, tradiciones indígenas y culturales.
Además, explicaron que las misiones se encuentran en Arizona y Sonora, y han sido motivo de múltiples estudios y proyectos arqueológicos, arquitectónicos, antropológicos y de restauración.
Según registros, la región fue explorada por el misionero jesuita Eusebio Francisco Kino.
En ella levantó, entre 1689 y los primeros años de 1700, más de 20 edificaciones misionales con mano de obra indígena, mismas que tras la expulsión de la Compañía de Jesús del Imperio español, por el rey Carlos III, en 1767, fueron acogidas por la orden de los franciscanos, hasta el siglo XIX.
También señalaron que Arizona y Sonora no solo comparten una frontera, donde existe un vasto patrimonio prehistórico, prehispánico e histórico, sino también una herencia patrimonial y, con ello, la responsabilidad de preservarla con la participación de sus poblaciones respectivas.
La recepción formal de las piezas se llevará a cabo en Caborca, Sonora, donde las autoridades municipales y el Patronato del Templo de la Purísima Concepción se sumarán a las actividades de divulgación y reconocimiento de esta riqueza patrimonial, para el conocimiento y disfrute de la población local.