Con datos de más de 50 países, investigadores han creado un modelo para evaluar cómo afectaría al empleo en el sector energético el intento de alcanzar el objetivo climático global del Acuerdo de París.

Las medidas para contener el aumento de temperaturas muy por debajo de los 2 grados sobre niveles preindustriales aumentarían los puestos de trabajo netos en unos 8 millones para 2050, principalmente debido a las ganancias en las industrias solar y eólica, según publican en la revista ‘One Earth‘.

“En la actualidad, se calcula que 18 millones de personas trabajan en el sector de la energía, cifra que probablemente aumentará, y no disminuirá, hasta 26 millones, es decir, más del 50%, si alcanzamos nuestros objetivos climáticos globales –afirma el autor correspondiente, Johannes Emmerling economista medioambiental del Instituto Europeo de Economía y Medio Ambiente RFF-CMCC, en Italia–. La fabricación e instalación de fuentes de energía renovables podría convertirse en un tercio del total de estos empleos, por los que los países también pueden competir en términos de localización”.

El estudio realizado por Emmerling y sus colegas es el primero basado en un amplio conjunto de datos de más de 50 países, incluidas las principales economías productoras de combustibles fósiles. El equipo combinó este conjunto de datos con un modelo de evaluación integrado para realizar proyecciones de empleo.

El modelo ayuda a ver cómo el desarrollo de los seres humanos y las decisiones que toman las sociedades se afectan mutuamente. Casi todos los análisis anteriores se basaban en los datos de empleo de los países de la OCDE y generalizaban los resultados para el resto del mundo mediante un multiplicador.

“La transición energética se estudia cada vez más con modelos muy detallados, resoluciones espaciales, escalas de tiempo y detalles tecnológicos –explica Emmerling–. Sin embargo, la dimensión humana, el acceso a la energía, la pobreza y también las implicaciones distributivas y de empleo suelen considerarse con un alto nivel de detalle. Hemos contribuido a colmar esta laguna recopilando y aplicando un amplio conjunto de datos de muchos países y tecnologías que también pueden utilizarse en otras aplicaciones”.

En el modelo del investigador, del total de puestos de trabajo en 2050, el 84% correspondería al sector de las renovables, el 11% a los combustibles fósiles y el 5% a la energía nuclear. Mientras que los puestos de trabajo en la extracción de combustibles fósiles, que constituyen el 80% de los actuales, disminuirían rápidamente, estas pérdidas se verían compensadas por el aumento de los puestos de trabajo en la fabricación de energía solar y eólica.

“Los empleos del sector de la extracción son más susceptibles a la descarbonización, por lo que es necesario que existan políticas de transición justas”, afirma el primer autor, Sandeep Pai, que acaba de graduarse con un doctorado en Recursos, Medio Ambiente y Sostenibilidad en la Universidad de Columbia Británica.

“Por ejemplo, la movilidad de los puestos de trabajo en la industria manufacturera será útil en las zonas en las que la descarbonización está muy extendida –añade–. En muchos casos, los trabajadores del sector de los combustibles fósiles también tienen influencia política debido a su historial y a las altas tasas de sindicalización, entre otras cosas, por lo que, a medida que avanzamos hacia fuentes de baja emisión de carbono, es importante contar con un plan para la aceptabilidad general de las políticas climáticas”.

El siguiente objetivo del investigador es explorar los cambios en los niveles de habilidad, los requisitos de educación y los salarios que pueden resultar de tratar de cumplir con el objetivo climático global del Acuerdo de París. También prevén que, al ser accesible para todos estos grupos diferentes en todo el mundo, inspirará a otros analistas de datos a utilizarlo para ejecutar múltiples escenarios, aclarando aún más el alcance de los empleos.