Las vacunas contra COVID-19 que se están aplicando, algunas tardan hasta tres horas en llegar a las diferentes comunidades apartadas como la de Espita, en Yucatán.

“Está muy bien la paciente y tiene una frecuencia cardiaca de 81, menciona la paciente que es diabética”, dijo el médico.

“No puedo caminar y no veo, en mi casita vinieron los doctores, recibí la vacuna y me siento feliz”, enfatizó Librada Nájera.

Librada, de 68 años y con discapacidad visual, vive en Espita, una comunidad maya ubicada a 166 kilómetros de Mérida, Yucatán. La dosis que recibió fue custodiada por elementos de la Guardia Nacional que la trasladaron más de 2 kilómetros en una nevera, desde el Centro de Salud hasta su vivienda.

“La vacunación fue una ayuda, yo no puedo ir al hospital, gracias a todos”, dijo Librada.

Pedro y Martha, de la comisaría de Nacuché, sí pudieron ir al Centro de Vacunación.

Se subieron a este auto cuyo dueño no cobró los 60 pesos del trayecto.

“Gracias porque ayudan a los que menos tienen y me llevaron al hospital sin costo”, refirió Martha.

Las vacunas que se aplicaron en esta comunidad, donde viven unas 20 mil personas, tuvieron que recorrer diferentes caminos hasta el Centro de Salud, durante casi tres horas.

“En Espita tiene la meta de 2 mil 20 vacunas”, confirmó Carlos Saucedo, director del Centro de Salud en Espita, Yucatán.

“La mayoría de las comisarías normalmente solo entienden la lengua maya, por lo tanto, tenemos personal capacitado para hablarles en 2 idiomas”, concluyó Juana del Carmen Tuz, jefa de enfermeras del Centro de Salud de Espita.