El cuerpo de Diana fue encontrado en 2017 abandonado en una calle poco transitada de Chimalhuacán, en el Estado de México. Ahora un mural con su rostro sereno resignifica un lugar de dolor transformando la injusticia en dignidad y recordándola como una joven “alegre, rebelde y amorosa”, cuenta su madre.

“Aquí quedó su cuerpo, le truncaron su mundo, su vida, y queremos que quede su memoria, que no era un ‘sujeto de identidad desconocida’ como dicen autoridades, que tenía una vida, que tenía sueños, que deseaba casarse y tener hijos y hacer una carrera universitaria (…) y le quitaron la vida por el simple hecho de ser mujer“, relató Lidia Florencio.

Diana Velázquez desapareció el 2 de julio de 2017 y su familia la buscó desesperadamente hasta que cinco días después su hermana acudió a las instalaciones del Servicio Médico Forense de Nezahualcóyotl y vio el cadáver de su hermana.

Alguien abandonó el cuerpo de Diana sin vida en la calle, donde ahora se puede ver su rostro sereno pintado en un muro, y las autoridades, tras recogerla, la habían dejado en el suelo de las instalaciones de la agencia forense, con un letrero que rezaba “sujeto desconocido”.

Desde ese momento hasta hoy, la historia de Diana está repleta de omisiones por parte de las autoridades, reclamos e investigación propia de la familia, desesperación y ansias de justicia.

“Hay un supuesto responsable detenido y estamos en espera de que inicien los juicios todavía. (…) Para el juez no fue feminicidio, sino intento de asalto frustrado. Es demasiado grave e indignante, porque mi hija fue abusada, golpeada, incomunicada y me la asesinaron y me la dejaron aquí expuesta en la vía publica“, expresó Lidia, a pocos días de que se conmemore el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, este 25 de noviembre.

En su rostro se puede ver el cansancio de una madre que intenta hacer el trabajo que le corresponde a las autoridades, una mujer a la que le arrebataron a su hija.

Actualmente, un hombre que ya estaba en prisión por un delito de robo está acusado por el feminicidio y a la espera de juicio, pero su confesión nunca llegó a ser firmada y él alega, explicó Florencio, que fue presionado.