África superó hoy la barrera psicológica de los 2 millones de contagios de COVID-19 con 48 mil 400 muertes, mientras intenta prepararse para una segunda ola de la enfermedad y admite que la vacuna tardará en llegar al continente.
Desde que se detectó el primer contagio continental, el pasado 14 de febrero en Egipto, los 55 Estados miembros de la Unión Africana (UA) acumulan 2 millones 13 mil 388 casos, informaron los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC África).
Los contagios desembocaron en 48 mil 408 muertes y un millón 703 mil 498 curaciones, según los datos recopilados por este organismo de la UA.
“Hemos alcanzado un hito” al rebasar los 2 millones de infecciones, afirmó el director de CDC África, John Nkengasong, en una rueda de prensa remota, en la que se declaró “muy preocupado” porque “muchos países” no hacen cumplir medidas de salud pública, como la protección del rostro con mascarilla.
Cinco países concentran en torno al 70 por ciento de los casos: Sudáfrica (38 por ciento), Marruecos (15 por ciento), Egipto (6 por ciento), Etiopía (5 por ciento) y Túnez (4 por ciento).
El enigma del impacto del coronavirus en África
El continente representa el 3,6 por ciento de los contagios registrados en todo el mundo, un dato que muchos expertos consideran que no refleja el impacto real de la pandemia en el continente.
La verdadera incidencia de esta crisis continúa siendo un enigma en África, pues sólo se han efectuado 20.6 millones de test, de los que el 73 por ciento corresponde a Sudáfrica, Marruecos, Etiopía, Egipto, Kenia, Ghana, Nigeria, Ruanda, Uganda y Camerún.
Esas pruebas de detección abarcan un porcentaje muy bajo de la población africana, que asciende a unos mil 300 millones de personas y donde consta que hay muchos asintomáticos.
Con todo, África, al menos a tenor de los datos oficiales, ha escapado de momento al golpe catastrófico del coronavirus en otras zonas del mundo como Europa o América.
Muchos expertos atribuyen esa circunstancia a factores como su joven población, su experiencia en epidemias previas (ébola y malaria, por ejemplo), su menor interconexión y la posibilidad de que goce de cierta inmunidad de otras cepas de coronavirus
Pese a que el continente ha logrado esquivar los peores augurios de numerosas organizaciones internacionales, que vaticinaron hace meses casi un apocalipsis sanitario debido a la conocida vulnerabilidad de sus sistemas de salud, el director de CDC África alertó hoy de que se avecina una segunda ola de la enfermedad.
“Estamos inevitablemente dirigiéndonos a una segunda ola de la pandemia en el continente, según los datos” disponibles, subrayó Nkengasong al precisar que, durante el último mes, los nuevos casos aumentaron un 9 por ciento en África.
“La única forma en que hemos tenido éxito hasta ahora como continente fue cooperando con los líderes políticos y la comunidad e implementando las medidas de salud pública: ponerse mascarilla, distanciamiento social y lavarse las manos”, explicó.
Pero “no podemos ceder. Si cedemos, entonces todos los sacrificios y las inversiones que hicimos en estos esfuerzos durante los últimos diez meses se esfumarán. Y no queremos estar en ese escenario”, remarcó el virólogo camerunés.
Nkengasong abogó por “trabajar duro” en la aplicación de las medidas de salud vigentes y, con una gran dosis de realismo, avisó de que las vacunas que se están desarrollando contra el coronavirus “no llegarán hasta mediados del próximo año” al continente.
El cubrebocas puede salvar vidas
“Usar un cubrebocas de manera adecuada y sostenida -aseveró- es tan efectivo como cualquier vacuna que venga” en el futuro.
Nkengasong calificó como una “buena noticia” los prometedores resultados de los ensayos clínicos sobre la ansiada vacuna que anunciaron en la última semana las empresas Pfizer y Moderna, con un efectividad superior al 90 por ciento.
Sin embargo, el doctor camerunés advirtió de que las “condiciones de almacenamiento” de esos medicamentos serán “desafiantes” en su distribución por toda África, pues requieren una refrigeración a 70 grados centígrados bajo cero.
Mientras crecen los contagios por la suavización de las medidas de confinamiento en muchos países cuyas economías se han hundido por el coronavirus, la próximas fechas navideñas amenazan con complicar aún más la pandemia en el continente y alentar la segunda ola.
“Estas reuniones de fin de año son una parte clave de nuestras vidas en los países africanos, pero ciertamente pueden aumentar el riesgo de transmisión del COVID-19“, dijo hoy la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti.
En otra rueda de prensa online, Moeti admitió “un cierto nivel de fatiga” en la población, hastiada de las restricciones que impone la pandemia, pero instó a los africanos a ser “consientes de los riesgos” y a portar mascarillas, ya que “pueden salvar vidas”.