Brasil celebró sus elecciones, los ciudadanos salieron a votar, los resultados preliminares anuncian que la derecha y centroderecha tradicional se impusieron en la primera vuelta de los comicios municipales.

El ejercicio electoral se llevó a cabo sin problemas, la mayoría de las ciudadanos dieron la espalda al presidente Jair Bolsonaro, pues los candidatos que apoyó fueron derrotados en las principales ciudades.

Casi 150 millones de electores brasileños fueron convocados a las urnas para renovar el gobierno de 5 mil 569 municipios para los próximos cuatro años, los comicios debieron haberse celebrado en octubre, pero se aplazaron debido a la pandemia de la COVID-19 en Brasil, uno de los países más afectados con 165 mil muertes y casi seis millones de contagios.

Bajo estrictas medidas sanitarias -con mascarillas obligatorias para votar-, las municipales de este domingo fueron las primeras elecciones que se celebran en Brasil desde las presidenciales de octubre de 2018, en las que por primera vez en la historia del país llegó al poder la ultraderecha de la mano de Bolsonaro.

Aunque se esperaban altos índices de abstención debido a la pandemia, con 88.89% de los datos totalizados, el Tribunal Superior Electoral (TSE) reportaba un 22.72% de abstención, superior al 18% registrado en 2016.

El voto en Brasil es obligatorio, pero es posible justificar la ausencia.

Resultados
En Sao Paulo, el mayor colegio electoral, con 95% del escrutinio, el alcalde Bruno Covas (PSDB, centro) cosechó 32.58% de los votos y se medirá en una segunda vuelta con el líder del movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST), Guilherme Boulos (20.33%), del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).

En Rio de Janeiro, la segunda ciudad más importante del país, el exalcalde Eduardo Paes (DEM, derecha) obtuvo 37% de los votos y disputará el pleito en segunda vuelta con el aspirante a la reelección, el obispo evangélico Marcello Crivella, que tuvo el apoyo de Bolsonaro y consiguió 21.8% de los votos.

A pesar de que a nivel nacional goza de una aprobación en torno al 40%, el ultraderechista Bolsonaro llegó a esta elección sin partido y “su fuerza en las grandes ciudades empieza a ser cuestionada”, apunta Oswaldo Amaral, politólogo de la Universidad de Campinas (Unicamp).

Su candidato en Sao Paulo, el periodista conservador Celso Russomano, terminó en cuarto lugar con 10,44% de los votos. Sufrió derrotas también en las capitales Recife, Manaos y Belo Horizonte, entre otras.

El resultado en las capitales también deja en evidencia la dificultad de los partidos de izquierda para formar alianzas, al mismo tiempo que refleja el avance de fuerzas progresistas como el PSOL y el Partido Comunista do Brasil (PCdoB) minando la hegemonía del Partido de los Trabajadores (PT), del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El PT llegó a estas elecciones después de un dramático revés en 2016, cuando perdió 60,2% de las alcaldías que había conquistado en 2012, opacado por escándalos de corrupción y el impeachment de la expresidenta Dilma Rousseff.

Lula, que votó temprano de mañana, vaticinaba un resultado positivo para su partido. Entretanto, la izquierda logró colarse en el segundo turno también en capitales como Belém y Porto Alegre, donde Manuela D’vila, del PCdoB, obtuvo 29.6% de los votos.

Desarrollo de los comicios
En una conferencia de prensa, el presidente del TSE, Luis Roberto Barroso, explicó que no hubo incidentes de calado en la jornada, más allá del notable retraso del escrutinio en las algunas ciudades del país, entre ellas Sao Paulo y Río de Janeiro.

El juez desveló que se neutralizó “totalmente” un ataque a los sistemas del TSE que abrigan informaciones de la Justicia Electoral.

“Hubo un intento de una gran cantidad de personas intentando entrar (por internet) al mismo tiempo y derrumbar el sistema, pero todo está funcionando bien”, dijo Barroso, quien adelantó que el ataque procedió de computadores de Brasil, Estados Unidos y Nueva Zelanda y reivindicó la seguridad de las urnas electrónicas, usadas desde hace más de dos décadas en Brasil.

El envío de informaciones de estas urnas al TSE no corrió riesgo, pues la transmisión se realiza por una red encriptada del propio tribunal, que no fue afectada.

Además de los retrasos en la difusión del escrutinio, hubo otros incidentes en una jornada mayoritariamente tranquila, entre ellas las habituales largas filas en algunos colegios electorales