La producción de calaveras o cráneos de azúcar, tradicionales para la veneración de los muertos en su día, se desplomó en casi 50 por ciento a consecuencia de la pandemia COVID-19, aseguró la familia Jiménez, que desde hace tres generaciones elabora este producto. En su taller localizado en la colonia Valle Gómez, alcaldía Venustiano Carranza, Guillermo Jiménez aseguró que la crisis económica les impactó y se vieron obligados a reducir su personal de 15 a sólo 4 empleados.  

Las restricciones para visitas a panteones, mercados y romerías, entre otros espacios, explica la situación que atraviesa este sector, aseguró Gerardo Jimenez, coordinador del taller de fabricación. “En esta temporada del 2 de noviembre qué hay muchos muertos por la pandemia, creo que muchos fallecidos se van a quedar sin su ofrenda, sin su calavera, debido a que no hay escuelas y no hay panteones para visitar a los difuntos.