En la comunidad montañosa de San Isidro Buen Suceso, en Tlaxcala, Virginia Verónica Arce Arce continúa una tradición que ha pasado de generación en generación: el bordado indígena náhuatl. Su trabajo, elaborado en una antigua máquina de coser Singer, forma parte del estilo que ha distinguido a la presidenta Claudia Sheinbaum y que recientemente fue reconocido por el New York Times, al incluirla en su lista de las personas más elegantes de 2025.
Desde el inicio de su campaña presidencial, Sheinbaum ha optado por vestir prendas que incorporan textiles y bordados tradicionales de comunidades indígenas de distintas regiones del país, una decisión que ha dado visibilidad al trabajo artesanal mexicano.
“En cada bordado no solo hay mucho trabajo, hay tradición, hay historia, hay legado… cada bordado representa algo que una mujer diseñó y pensó”, expresó la mandataria esta semana.
Me siento muy orgullosa de portar vestidos con hermosos bordados que realizan nuestras artesanas; son orgullo de la nación. Agradecemos a las mujeres indígenas por su creatividad y por todo lo que dan a México.
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) December 11, 2025
En cada creación textil hay mucho trabajo, pero, sobre todo,… pic.twitter.com/ckuWFnOQzN
Reconocimiento al trabajo artesanal
El New York Times destacó que el estilo de la presidenta ha puesto el foco internacional en la moda indígena mexicana, particularmente en el uso de prendas bordadas. Uno de los diseños más visibles fue el vestido morado con bordado tlaxcalteca que Sheinbaum portó durante la celebración del Grito de Independencia, el 15 de septiembre pasado, confeccionado con el trabajo de Arce.
La artesana relató que ver su bordado en el balcón de Palacio Nacional fue un momento profundamente emotivo para su familia.
“Fue muy emotivo verla con el bordado de Tlaxcala y, sobre todo, de mi comunidad”, señaló.
Reutilización y diseño consciente
El equipo de la presidenta también ha apostado por reutilizar y adaptar las prendas. Olivia Trujillo Cortez, una de sus costureras, explicó que blusas y vestidos tradicionales suelen transformarse en trajes o chaquetas formales, prolongando su vida útil y evitando gastos innecesarios.
Para la confección de estas piezas se utilizan bordados provenientes de artesanas de estados como Oaxaca y Chiapas, con los que se han elaborado atuendos para debates, actos de campaña y eventos oficiales.
“Se ha vuelto tendencia. Personas de todos los estratos sociales ahora quieren un vestido como el de la presidenta”, afirmó Trujillo.
Defensa contra el plagio
La promoción del arte textil indígena también ha ido acompañada de una postura firme contra la apropiación cultural. En agosto, el gobierno federal acusó a la marca Adidas de copiar el diseño de los huaraches zapotecos de Oaxaca. En años recientes, también se solicitó a marcas internacionales como Zara y Anthropologie explicar el uso de diseños tradicionales indígenas en sus colecciones.
Durante siglos, estas prendas fueron objeto de discriminación en México. Hoy, artesanas como Claudia Vásquez Aquino, de Oaxaca, consideran que el uso de estos textiles por parte de la presidenta representa un cambio profundo.
Sheinbaum rindió protesta el 1 de octubre de 2024 con un vestido color marfil bordado al estilo oaxaqueño, diseñado por Vásquez y confeccionado por Trujillo.
“No tienes idea de lo significativo que es esto para cada artesano”, expresó Vásquez, quien recordó que en su infancia evitaba usar huipil para no ser objeto de burlas.
“Hoy todo ha cambiado”.














