México prevé ampliar la red ferroviaria de pasajeros hacia el norte a través de nuevas líneas que conectarán Ciudad de México con la frontera con Estados Unidos y con Guadalajara, la segunda ciudad más grande del país.

La futura presidenta Claudia Sheinbaum dijo el miércoles que se prevén tres nuevas líneas ferroviarias que, en principio, aprovecharán los derechos de vía actual de los trenes de carga con el objetivo de construir en paralelo las vías de los trenes eléctricos de pasajeros que pueden viajar a una velocidad de hasta 160 kilómetros por hora y que discurrirían previsiblemente confinados, es decir, entre muros.

Una primera estimación de los costos alcanza los 26 mil millones de dólares, una cifra que parece pequeña si se tiene en cuenta que el Tren Maya, el megaproyecto estrella de Andrés Manuel López Obrador todavía sin acabar y con más de mil 500 kilómetros ya ha supuesto una inversión de más de 30 mil millones de dólares.
Horas antes de los comentarios de Sheinbaum, el actual mandatario adelantó los planes de su sucesora y dijo que durante el próximo sexenio se construirían 3 mil kilómetros de trenes de pasajeros, el doble de los que él proyectó durante su mandato.

Una de las líneas irá de Ciudad de México a Querétaro, San Luis Potosí, Monterrey –la capital industrial mexicana– para acabar en Nuevo Laredo, ciudad fronteriza con Texas, un recorrido de más de mil 100 kilómetros.

Según explicó Sheinbaum, otra línea iría desde Querétaro a Guanajuato hasta llegar a Guadalajara y, potencialmente, podría ampliarse por la costa del Pacífico hasta Nogales, en la frontera con Arizona, aunque Sheinbaum consideró que es posible que este segundo tramo no se pueda desarrollar durante su administración que comenzará el 1 de octubre y terminará en 2030.

López Obrador, sin embargo, fue más ambicioso en los planes y habló incluso de llegar más allá de Nogales hasta Mexicali y Tijuana, ciudades fronterizas con California, y de otra línea que conectaría Ciudad de México con Ciudad Juárez, vecina de El Paso, Texas, trayectos sobre los que su sucesora no se pronunció.

La tercera línea de la que sí habló Sheinbaum ampliaría el tramo que actualmente está en construcción para conectar la capital con el aeropuerto Felipe Ángeles hasta llegar a Pachuca, 90 kilómetros al norte de Ciudad de México.

Sheinbaum explicó que está analizando cómo está el derecho de vía en todos los nuevos tramos a construir para negociar con los actuales concesionarios, que mantendrían sus servicios de carga, y poder hacer las licitaciones de las nuevas obras en cuanto inicie su gobierno.

“El objetivo es la conectividad de nuestro país manteniendo los trenes de carga que tienen un potencial enorme… y lo que significa la generación de empleo vinculado con obra pública que potencia la inversión privada”, afirmó la presidenta electa.