“Los Chapitos”, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, reclamaron el liderazgo del Cártel de Sinaloa desde que su padre fue detenido en 2016.

Al levantar la mano como relevos naturales del capo sinaloense, abrieron una pugna interna que tiene al cártel dividido en cuatro facciones.

Ahora están enfrentados con antiguos aliados de su padre y traficantes con los que había un pacto de no agresión.

Los hijos de “El Chapo”, herederos del emporio de drogas que fundó su padre, son Iván Archivaldo Guzmán Salazar (detenido), Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López.

Este último fue detenido el pasado jueves en El Paso, Texas, junto con el capo Ismael “El Mayo” Zambada, en lo que constituye uno de los golpes más fuertes al cártel en toda su historia.

De acuerdo con reportes oficiales, los hijos del capo comparten el liderazgo de la facción, que aparentemente es la predominante del cártel.

“‘Los Chapitos’ y el Cártel de Sinaloa obtienen miles de millones de dólares en ganancias del comercio de fentanilo y fueron pioneros en la amenaza de drogas más mortífera que Estados Unidos haya enfrentado jamás”, señaló la DEA en un informe reciente.

Según la Agencia Antidrogas de EU, el Cártel de Sinaloa ha producido grandes cantidades de fentanilo, por lo menos desde 2012.

Pero la facción de “Los Chapitos”, afirmó la DEA, se encargó de posicionar el tráfico de esta droga como prioridad para la organización, debido a la creciente demanda y millonarias ganancias.

“Los Chapitos” inicialmente establecieron una base de operaciones para fabricar fentanilo ilícito en las montañas cercanas a Culiacán.

Ahora controlan la adquisición de precursores químicos, en gran parte de China, y dirigen la producción de fentanilo ilícito desde laboratorios escondidos en las montañas de Sinaloa y en otros bastiones del Cártel de Sinaloa en todo México.

El cártel introduce fentanilo en pastillas de marca falsa en el mercado estadounidense, al tiempo que producen miles de libras de fentanilo en polvo cada año.

El clan de los hijos de Guzmán Loera tiene una “preferencia específica” por utilizar ilegalmente el cruce de Ciudad Juárez, Chihuahua, a El Paso, Texas.

Los cuatro hijos de “El Chapo” están acusados en Estados Unidos de tráfico de drogas a gran escala, lavado de dinero y delitos violentos.

Hasta ahora, dos están detenidos: Ovidio y Joaquín.

Iván Archivaldo, nacido el 15 de agosto de 1983 en Culiacán, es hijo de “El Chapo” y de María Alejandrina Salazar Hernández, primera esposa del capo.

El 13 de febrero de 2005, fue detenido en un operativo en Zapopan, Jalisco, y recluido en el Centro Federal de Readaptación Social Número 1, por presunto lavado de dinero.

Sin embargo, fue dejado en libertad en 2008 por supuesta falta de pruebas. Estados Unidos ofrece 10 millones de dólares por información que lleve a su captura.

En EU está acusado de conspiración para poseer sustancias controladas con intención de distribuirlas, conspiración para importar sustancias controladas y exportación de sustancias controladas con la intención de distribuirlas.

Ovidio, más conocido como “El Ratón”, es hijo de “El Chapo” y de Griselda López Pérez, quienes también son padres de Joaquín, Griselda y Édgar Guzmán, este último presuntamente abatido.

Está acusado de conspiración para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos, entre los años 2008 y 2018.

Es figura central del llamado “culiacanazo”, un operativo fallido registrado en octubre de 2019 que terminó en su liberación tras haber sido detenido por las Fuerzas Armadas en Culiacán.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador admitió haber instruido la liberación de “El Ratón” -en medio de narcobloqueos y enfrentamientos- para evitar bajas civiles y de fuerzas de seguridad.

Fue reacapturado en enero de 2023 en Sinaloa y extraditado el 15 de septiembre, cinco meses después de que los fiscales estadounidenses ampliaron las acusaciones en su contra.

Jesús Alfredo, “Alfredillo”, también es hijo de María Salazar Hernández, la primera esposa de “El Chapo”.

Él y Archivaldo fueron “levantados” la noche del 14 de agosto de 2016 en un restaurante de Puerto Vallarta, Jalisco.

Unos días después fueron liberados con el apoyo mediador del veterano traficante Ismael “El Mayo” Zambada, compadre de “El Chapo”.

Las autoridades estadounidenses ubican a Jesús Alfredo como uno de los coordinadores del cártel para el envío de fentanilo a Estados Unidos, así como en trasiego de precursores químicos del opioide desde China hasta México.

También participa en el trasiego de otras drogas, como la cocaína, heroína, metanfetamina y mariguana.

Junto con sus hermanos Iván y Ovidio, “Alfredillo” es acusado formalmente, entre otras cosas, de vender 80 kilos de fentanilo mensuales en Los Ángeles, California, a un precio de 30 mil dólares cada uno, entre 2017 y 2022.

“Alfredillo” también es fugitivo. Estuvo incluido entre los 10 más buscados de la DEA, pero salió de esa lista en 2023.

Joaquín, “El Güero”, el hijo de “El Chapo” detenido esta semana en EU, enfrenta cargos en ese país por tráfico de grandes cantidades de cocaína, heroína y metanfetamina, entre otras drogas.

Es considerado, junto con el clan de los hermanos Guzmán, como uno de los responsables de la llamada epidemia de fentanilo.

De acuerdo con registros oficiales, Joaquín tiene al menos dos acusaciones por ocho cargos criminales.

Desde abril de 2009, hay un caso activo colectivo contra integrantes del Cártel de Sinaloa, incluido Joaquín, en Corte para el Distrito Norte de Illinois, en Chicago.

La Fiscalía le imputa cargos de empresa criminal continua, narcotráfico, lavado de dinero, posesión de armas y crímenes violentos con ametralladora.

Según la Fiscalía, los hijos de “El Chapo” operaban en EU por lo menos desde 2008, como parte de la estructura criminal de su padre.

En los últimos años, los Guzmán abrieron varios frentes internos.

Combatieron hasta su captura a Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, quien ayudó a “El Chapo” a fugarse en 2001.

Se pelearon con “El Mayo” y también con la descendencia de Caro Quintero, familia también originaria de Badiraguato y con la que históricamente los Guzmán habían convivido en paz.

Si bien conservan el apoyo de familias como los Esparragoza en Sinaloa, los Salgueiro en Chihuahua, los Cabrera Sarabia y los Coronel en Durango, además de los Salazar en Sonora, el clan ha sufrido bajas importantes en sus liderazgos durante la última década.