Ciudad de México.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, condenó ayer los reportajes de varios medios internacionales sobre una investigación de Estados Unidos por presuntas contribuciones financieras de narcotraficantes a su campaña electoral en 2006, el primer intento fallido del mandatario para llegar al poder.

López Obrador interpretó tales publicaciones periodísticas como un ataque estadounidense contra su gobierno y su partido, Morena, cuando falta menos de medio año para los comicios presidenciales del 2 de junio en los que la candidata oficialista es la favorita.

El tema podría reavivar tensiones bilaterales en un año electoral para ambos países e incluso perjudicar la cooperación entre Estados Unidos y México en temas de seguridad, como ocurrió en 2020 tras la detención en territorio estadounidense de un exsecretario de Defensa mexicano, el general Salvador Cienfuegos, por presuntos vínculos con el narcotráfico.

‘Son unos viles calumniadores’

“No hay ninguna prueba. Son unos viles calumniadores”, dijo López Obrador en su conferencia matutina en referencia a lo publicado por el medio estadounidense ProPublica, la alemana Deutsche Welle y el centro de estudios InSight Crime.

La investigación estadounidense, de 2010, aclaró que no se logró establecer si López Obrador sabía de las supuestas donaciones de los narcotraficantes. Además, fue cerrada al considerar que las evidencias no eran lo suficientemente sólidas en un tema tan sensible políticamente.

Descarta demandar

El mandatario descartó demandar a quienes hicieron el reportaje pero atacó al gobierno estadounidense por permitir “prácticas inmorales y contrarias a la ética política que debe de prevalecer en todos los gobiernos del mundo”.

“Tiene que decir la DEA si es cierto o no es cierto, cuál es la investigación que hicieron, cuáles son sus pruebas”, insistió.

López Obrador se ha quejado durante mucho tiempo de las acciones de los agentes de la DEA en México y, tras la detención de Cienfuegos, les impuso restricciones para moverse por territorio mexicano.

En aquel momento, consideró la detención del general como parte de un complot de la DEA para debilitar a las fuerzas armadas mexicanas y permitir a los agentes estadounidenses campar a sus anchas por el país.

México exigió su liberación presuntamente amenazando con expulsar a los agentes estadounidenses y Estados Unidos optó por retirar los cargos y devolver al general a México, que lo absolvió de cualquier irregularidad. Posteriormente, retuvo los visados de los funcionarios estadounidenses y restringió su trabajo.

Ahora, el temor es que este tipo de problemas puedan repetirse, dijo Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la agencia, dado que López Obrador lo ha entendido como un ataque directo contra él.

“Es peor que cuando detuvieron a Cienfuegos”, afirmó. “Si pensábamos que las relaciones con México eran malas, van a ir de peor a casi inexistentes… Es simplemente terrible, va a significar más drogas dirigiéndose a Estados Unidos y más violencia en México”.

El líder mexicano se ha mostrado susceptible a comentarios que empañe su autoridad moral o reputación, sobre la que descansa todo su partido, y el hecho de que las tres historias se publicaran casi simultáneamente el martes suscitó preguntas sobre si hubo intereses ocultos en su difusión.

Guadalupe Correa-Cabrera, profesora asociada de la Universidad George Mason, dijo que la sincronización hizo que algunos en México pensaran que la historia había sido filtrada a los periodistas por algún funcionario estadounidense. “Y eso también es algo que se ha cuestionado”, dijo.

Otras ocasiones

No es la primera vez que asuntos de finanzas ligadas a López Obrador están en el centro de la polémica. Operadores de su campaña fueron captados en video varias veces recibiendo grandes sumas de dinero en efectivo pero sin pruebas de que él lo supiera.

Correa-Cabrera recordó, además, que otros muchos políticos en México se han visto involucrados en escándalos de financiación de campañas electorales.

La académica también apuntó que la actual polémica podría tener impacto en la campaña presidencial estadounidense de este año luego de que el Partido Republicano ha hablado de “declararle la guerra a los cárteles”.