El exsecretario de Seguridad Pública de México Genaro García Luna se presentó en su primer día de juicio por narcotráfico jovial y enérgico, para escuchar de boca del primer testigo de la Fiscalía, el narco Sergio Villarreal Barragán, alias ‘El Grande’, que el Cártel de Sinaloa le pagó sobornos millonarios durante años.

La larga sesión concluyó con García Luna lanzando un beso a su esposa y diciéndole: “Te quiero“.

Tras un alegato inicial muy apegado al texto, pronunciado por el fiscal Philip Pilmar, que acusó a García Luna de traicionar a México y a Estados Unidos por aceptar sobornos de narcotraficantes a cambio de ayudarles en sus actividades, la Fiscalía presentó uno de sus testigos estrella: ‘El Grande’, que aseguró haber presenciado el pago de dichos sobornos con sus propios ojos.

García Luna, que llegó a la sala con un traje negro y una corbata de rayas rojas y azules, saludó con efusión a su equipo de abogados, encabezados por César de Castro y, en varias ocasiones, se dirigió a su esposa y a su hija, para saludarlas lanzándoles besos y poniéndose la mano en el corazón.

De Castro, de pie frente a los 12 miembros del tribunal, adelantó la que será la estrategia de la defensa, al subrayar que la Fiscalía no tiene pruebas “objetivas”: ni documentos, ni fotos, ni conversaciones grabadas, ni mensajes de texto que incriminen a su cliente.