El problema de la militarización en el país no se establece únicamente en la creación e integración de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas, sino el poderío que estas han alcanzado en tareas que son netamente civiles y de las cuales advierten especialistas, será muy difícil sacarlos posteriormente y que ponen en riesgo la democracia.

En el Marco de una mesa redonda virtual realizada por el Instituto México del Centro Woodrow Wilson, activistas e investigadores como Alejandro Hope, María Elena Morera y Craig Deare, señalaron que además de la evidente falta de eficacia de la GN en materia de seguridad, se nota que las fuerzas armadas han alcanzado este poderío porque legitiman y benefician de manera temporal los intereses del presidente Andrés Manuel López Obrador a costa de la seguridad y del bienestar de la población.

Craig Deare dijo que es evidente que entre México y Estados Unidos existe una erosión de la confianza iniciada por la detención y posterior liberación del general Salvador Cienfuegos, acusado de vínculos con el narcotráfico; por ello de acuerdo a Maureen Mayer, especialista en el tema hay una restricción de fondos monetarios a México a causa del aumento de militares en la toma de decisiones y cuestionó como el gobierno de Estados Unidos no está tan dispuesto a sentarse a negociar y confiar en una estructura militar mientras ellos la mantienen civil.

Alejandro Hope dijo que es evidente la labor sustitutiva de las actividades y responsabilidades de la policía y no una actividad complementaria por parte de las fuerzas armadas, además el nivel de eficacia de la Guardia Nacional es muy bajo aún con el triple de personal operativo que tenía la Policía Federal y señaló que en el informe presentado ante la cámara, la GN sólo realizó más de 8 mil detenciones y puestas a disposición este año en comparación con los 150 mil que pusieron a disposición de las autoridades todos los elementos municipales el país es decir, “la Guardia Nacional es una policía que patrulla pero no investiga”