La inflación en Brasil –la mayor economía latinoamericana– cedió en mayo en la comparación mes a mes, al ubicarse en 0.47 por ciento y bajó a 11.73 por ciento en la medición a doce meses, informó este jueves el instituto estadístico IBGE.

En abril pasado, la subida de precios fue de 1.06 por ciento, la mayor para ese mes en 26 años, y el índice anualizado quedó el mes pasado en 12.13 por ciento, una tasa sin precedentes desde octubre de 2003, según cifras oficiales.

Ocho de los nueve grupos estudiados tuvieron alzas en mayo, de acuerdo con el IBGE.

El ramo de alojamiento fue el único en tener un retroceso, de 1.70 por ciento.

El “mayor impacto” en el indicador lo aportó el rubro de transporte, con una influencia de 0.30 puntos porcentuales, al registrar un alza de precios de 1.34 por ciento –por debajo también de 1.91 por ciento de abril–, explicado por el aumento del valor de los pasajes aéreos (18.33 por ciento).

El sector de alimentos y bebidas tuvo un incremento de 0.48 por ciento, y aunque avanzó, la subida fue menor a la de 2.06 por ciento de abril.

El aumento de precios de los productos básicos, que afectan principalmente a la población más vulnerable, motivaron que el Ministerio de Economía ordenara en mayo una reducción de aranceles a la importación de una lista de bienes con el fin de reducir su costo.

El índice de precios al consumo acumula un incremento de 4.78 por ciento en los primeros cinco meses del año, acercándose al techo de 5 por ciento de la meta del Banco Central de Brasil (BCB) para 2022.

Los constantes incrementos de los precios constituyen una gran preocupación para el gobierno de Jair Bolsonaro, que busca la reelección en los comicios de octubre.

El Banco Central de Brasil (BCB) ha intentado controlar los precios con alzas en la tasa de interés desde marzo de 2021.

Las expectativas del mercado crecen al calor de los aumentos y ya proyectan una inflación de 8.89 por ciento para final de año, según la última encuesta Focus del BCB.