Varias decenas de mujeres se manifestaron en la Ciudad de México para denunciar que recientemente fueron agredidas por la policía en Chimalhuacán, municipio del Estado de México.

“No nos merecemos este miedo”, reclamó una de las mujeres quien, como sus compañeras, contó a la prensa las presuntas agresiones que ejercieron personas vestidas de civil pero que portaban, algunos de ellos, armas largas y que las agredieron, según relata, con tabiques y tubos.

El grupo de mujeres activistas se encontraban el pasado 2 de abril frente al Centro de Justicia de Chimalhuacán -dependencia perteneciente a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM)- acompañando a Irene Cervantes, una mujer que hace dos años denunció que su hija menor de edad fue secuestrada, torturada y violada por agentes de policía del Estado de México.

Desde que denunció el caso, Cervantes, señalaron sus compañeras, sufre acoso, hostigamiento y hasta fue presuntamente agredida por policías.

Según relataron, el 1 de abril policías de tránsito detuvieron a la mujer alegando que la motocicleta en la que se trasladaba era robada. Tres horas después apareció golpeada y sin dos dientes.

El 2 de abril, varias policías estaban detenidas dentro de dicho centro, y las activistas se juntaron afuera del edificio para pedir que se detuviera a todas las demás personas vinculadas con el caso de Irene y con el de su hija.

Según relataron, desde la tarde de ese día, cuando se juntaron alrededor de 20 mujeres, estuvieron sitiadas por varios hombres que dijeron no ser policías.