Combatir por primera vez en la Arena México significa para los luchadores tener que imponerse no solo a los nervios de encontrarse en el lugar más icónico del pancracio mexicano, sino a satisfacer a exigentes aficionados de la Lucha Libre que este viernes regresaron para devolverle la fuerza al recinto.

Tras 434 días, la Arena México, donde El Santo y Blue Demon se hicieron leyendas, volvió a recibir público en sus gradas gracias a que en Ciudad de México, en donde se encuentra, la pandemia de COVID-19 cedió un poco.

Fueron 500 los aficionados que terminaron con la ausencia más prolongada de la llamada Catedral de la Lucha Libre sin aficionados, que antes sufrió tres cierres.

La primera vez fue de septiembre a diciembre de 1985 a causa de un terremoto de magnitud 8,1 que destruyó parte de Ciudad de México. En 2009, la pandemia de la gripe A obligó al Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), dueña del recinto, a parar por segunda ocasión, ahora por tres semanas.

La más reciente antes de COVID-19 fue en 2017, cuando otro terremoto, de magnitud 7,1, golpeó a Ciudad de México, lo que provocó un momentáneo cierre por dos semanas.

A diferencia de esos cierres, la COVID-19 provocó una pausa tan prolongada que el CMLL no se esperó a abrir la arena con aficionados, sino que a partir de agosto de 2020 realizó por primera vez en el emblemático recinto funciones a puerta cerrada que se transmitieron por internet.

Este viernes antes de combatir, parte del elenco del CMLL salió de los vestuarios a saludar y aplaudir a los seguidores por devolverle la vida a la arena y de alguna forma hacerles más fácil su trabajo en el ring.