El volcán Etna, situado en la isla de Sicilia, registró en las últimas horas la sexta erupción en ocho días, con una fuente de lava que alcanzó los 500 metros de altura y que emergió del cráter sureste, si bien la actividad eruptiva parece estar llegando a su fin.

Así lo explicó hoy, jueves 25 de febrero de 2021, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología-Observatorio Etna de Catania en un comunicado en el que subrayó que a las 11.25 horas (10.25 GMT) la actividad en el cráter sureste terminó.

“Las coladas de lava no siguen creciendo, los frentes de la colada más larga, la del Valle del Bove, se están enfriando”, ha indicado, al tiempo que ha añadido que “persiste la actividad explosiva en los cráteres restantes, donde ocurren fenómenos eruptivos esporádicos acompañados de la emisión de cenizas, que se dispersan rápidamente a la atmósfera”.

Las autoridades italianas cerraron el pasado 16 de febrero el aeropuerto de Catania por los problemas de visibilidad derivados de la nueva y violenta erupción del volcán Etna, que se encuentra a pocos kilómetros de distancia.

Duró varias horas y al día siguiente Catania y los municipios de los alrededores amanecieron cubiertos de ceniza y de fragmentos de lava.

A esa fuerte erupción le han seguido otras más leves en los últimos días y el miércoles la ciudad de Palermo, también en Sicilia, pero a unos 200 kilómetros del volcán Etna, amaneció con un ligero manto negro de ceniza en el aire, que se fue depositando en los tejados de las casas, según los medios italianos.