La pandemia de coronavirus obligará a que el papa Francisco celebre una insólita Navidad sin fieles y de puertas para dentro, ya que tampoco se asomará a la plaza de San Pedro para la tradicional bendición Urbi et Orbi en una Roma confinada.

La plaza de San Pedro que en estas fiestas navideñas se llenaba de visitantes que venían a admirar su Nacimiento y su imponente árbol iluminado y de fieles que acudían a las celebraciones religiosas de estas fechas, quedará completamente vacía.

LA MISA DEL GALLO A LAS 19.30 Y SIN FIELES
En primer lugar, las normativas anticontagio vigentes en todo el país han hecho que ya desde hace meses se suspendieran las audiencias públicas y que las misas que oficia Francisco se celebrasen ante pocos fieles, generalmente religiosos y religiosas o residentes en la Ciudad del Vaticano.

Lo mismo ocurrirá con la misa del Gallo oficiada por el papa en la basílica vaticana, uno de los eventos católicos más importantes del año y que reunía a miles de personas.

Debido al toque de queda que en Italia comienza a las 22.00 horas, la misa del pontífice en San Pedro se celebrará a las 19.30 horas (18.30 GMT) ante pocos fieles en uno de los ábsides de la basílica y no en el altar central.