María de la luz, de 59 años de edad, vive a un lado del arroyo Santa María cuyo desbordamiento, junto a la Laguna Pomposú y el Dren Chinín provocaron que desde hace un mes su casa, en la comunidad chontal de Reforma segunda sección en Jalpa, Tabasco, esté inundada. La mujer dice que el agua sigue subiendo.

“Ahorita como ven sí ya está más crítico, más feo. Todo está aquí, como ustedes verán todo amontonado. Lo que más se siente es que uno con un sacrificio deja de comer, de ponerte una ropa, de comer un día, cualquier cosa para llegar a tener un mueble de estos”, dijo María de la Luz Silbansas, habitante de la comunidad Reforma 2da sección.

Una habitación de tres por cuatro metros fue la única que no se inundó. Ahí duermen ella y 23 familiares más, entre hijos, nietos y sobrinos.

“Algunos dormimos en ese sofá, otros en las camitas y así los repartimos”, refirió María de la Luz Silbansas, habitante de la comunidad Reforma 2da sección.

En la calle improvisaron una cocina sobre botes de arena y maderas. Dicen que no tienen agua para beber pues la del pozo se contaminó. Tampoco hay comida, ya que los animales se enflacaron.

“Aquí se han muerto como cuatro pavos, tres gallos de esos que cantan y como cuatro gallinas”, señaló María de la Luz Silbansas.

Reforma segunda sección tiene más de mil 300 habitantes. Un 80% de sus casas se inundaron, otra de las localidades más afectadas de este municipio es la Ceiba, con más de 485 habitantes, aquí el agua inundó casi el 100 por ciento de la comunidad.

“Aquí estamos entre este lodazal, porque la verdad cómo le digo que era un potrero”, agregó Luz Hernández, habitante de la comunidad la Ceiba.

Doña Luz dice que durante la inundación de 2007 el agua llegó y descendió rápido. Ahora lleva un mes viviendo en un corral de animales. Solo su esposo y su hijo logran atravesar un camino de más de 400 metros entre lodo, vegetación, animales y más de metro y medio de agua, para recuperar algunos objetos y no ser víctimas de robo en su casa.

“Me enfermé saliendo, me enfermé aquí, yo ya los pies se me estaban pudriendo”, refirió Luz.

En otro punto de Jalpa, la comunidad de la Ensenada con más de 500 habitantes, al menos un 70% de su territorio está inundado. Ahí vive Don Antonio, dice que en sus 73 años viviendo en la Ensenada nunca se había inundado así.

“Para acá está más hondo, ya para abajo, subió bastante de la noche a la mañana la llovedera, se llenó de pronto. No para que se seque aquí, va a tardar bastante”, insistió Antonio Magaña, habitante de la comunidad la Ensenada.

La corriente se llevó la mayoría de sus pertenencias y desde hace un mes vive con sus esposa, tres hijas y seis nietos en un pequeño cuarto. El resto de su casa sigue inundada.