El presidente del Congreso de Guatemala, Allan Rodríguez, aseguró este lunes que dará marcha atrás al presupuesto del Estado 2021, cuya aprobación el pasado miércoles dio origen el sábado a una multitudinaria manifestación y la quema de un parte del Parlamento a manos de encapuchados.

Rodríguez informó de la decisión en un mensaje pregrabado en compañía de otros 16 diputados de varios bloques aliados al oficialismo, divulgado en la madrugada de este lunes por los canales de comunicación del Congreso.

Según medios locales, el mensaje fue grabado en un sede del Ministerio de Defensa, aunque las autoridades no han confirmado dicha versión pese a la insistencia de periodistas. Tampoco se ha explicado el motivo de la hora del mensaje, pasados varios minutos después de la media noche.

“Hemos acordado suspender el trámite del presupuesto de ingresos y egresos del Estado para 2021”, aseveró Rodríguez, quien añadió que “en consecuencia dicho Decreto no será remitido al Organismo Ejecutivo”.

Sin embargo, el presidente del Congreso no se refirió a los cambios que se realizarán al mismo para su envío al presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, antes de diciembre, como contempla la ley.

Además, la diputada de oposición, Lucrecia Hernández Mack, advirtió en un mensaje en sus redes sociales de que legalmente “ni la Junta Directiva (del Congreso) ni sus bloques tienen la potestad de archivar una ley aprobada por el pleno” e instó a la población a no dejarse engañar por las autoridades parlamentarias.

La aprobación del presupuesto el pasado miércoles, a las 05:30 horas, provocó un malestar en la población que se tradujo en las manifestaciones del sábado, convocadas durante la semana para expresar el rechazo al Congreso.

Dicho presupuesto, aprobado por 115 de los 160 legisladores bajo estrictas medidas de seguridad con cierre de varias calles a la redonda, ha sido descrito como “opaco” por legisladores de oposición que indicaron que nunca tuvieron acceso al documento.

Además, según expertos, el presupuesto presenta amplias reducciones para temas sanitarios y de derechos humanos.

LA QUEMA DEL CONGRESO
Las instalaciones del Parlamento fueron quemadas entre un 15 y 20 por ciento -a la espera de confirmación por las autoridades- el sábado por cientos de manifestantes encapuchados que asaltaron el Congreso y le prendieron fuego con antorchas.

Tras diez minutos de caos en el que los manifestantes destruyeron parte de las instalaciones, las fuerzas de seguridad limpiaron la zona y los cuerpos de socorro apagaron el incendio.

En paralelo, al mismo tiempo a menos de un kilómetro de distancia, unos 10.000 guatemaltecos manifestaron pacíficamente contra Giammattei y el Parlamento frente al Palacio Nacional de la Cultura, sede del Gobierno.

SOSPECHA DE INFLITRADOS
Este domingo, el diputado de oposición Orlando Blanco dijo que sospecha que existieron “infiltrados”, probablemente pandilleros, en las manifestaciones del sábado en contra del Gobierno y que podrían estar involucrados en la quema del Congreso.

Blanco indicó además que es posible la participación en el incendio de “personal interno” del mismo Parlamento guatemalteco, ubicado en el centro de la capital del país.

“Nosotros conocemos el Congreso. Este hecho no se habría perpetrado sin la participación de personal interno del Congreso”, argumentó Blanco, de la agrupación política Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).

CRISIS PARA GIAMMATTEI
Giammattei compareció públicamente por última vez el viernes por la tarde y desde entonces solo se ha referido a los incidentes del sábado en un mensaje en redes sociales en el que indicó que “se tiene el derecho de manifestar conforme la ley” pero “tampoco podremos permitir que se vandalice con la propiedad pública o privada”.

Sin embargo, el mandatario ha avalado en todo momento el presupuesto al igual que su bancada, la agrupación política Vamos, con mayoría en el Congreso mediante alianzas.

La crisis política se hizo más grande para Giammattei cuando su vicepresidente, Guillermo Castillo, le pidió el viernes en rueda de prensa que renunciaran en conjunto para “oxigenar” Guatemala ya que “el país no se encuentra bien”.

Mientras tanto, este domingo cientos de personas volvieron a reunirse tal y como lo hicieron el sábado frente al Palacio Nacional de la Cultura para expresar su rechazo al presidente.