La actividad económica de Estados Unidos se contrajo a un ritmo anual del 31.7 por ciento en el segundo trimestre del año, equivalente a un 9.1 por ciento respecto al trimestre anterior, una cifra ligeramente mejor que lo que se había calculado inicialmente, como resultado de la pandemia de COVID-19, informó el gobierno.

El dato revisado, que mejora el 32.9 por ciento anual (9.5 por ciento intertrimestral) que se había calculado en un principio, sigue suponiendo la mayor reducción del crecimiento económico de que se tenga registro en la mayor economía del mundo.

La contracción del Producto Interno Bruto (PIB) “reflejó la respuesta a las instrucciones de ‘quedarse en casa’ difundidas en marzo y abril, como respuesta al COVID-19, y que fueron suspendidas parcialmente en algunas áreas del país en mayo y junio”, indicó el boletín de la Oficina de Análisis Económico (BEA).

Asimismo, según la agencia, los datos reflejan el impacto de los pagos distribuidos por el gobierno a hogares y empresas que “llevaron a cambios bruscos en la actividad cuando las empresas y las escuelas continuaron con el trabajo remoto, y los consumidores y empresarios cancelaron, restringieron o reorientaron sus gastos”.

En marzo, el Gobierno y el Congreso de Estados Unidos aprobaron un paquete de estímulo económico de 2.2 billones de dólares, el mayor de la historia moderna del país, con el objetivo de contrarrestar los efectos de la pandemia del coronavirus, pero la gravedad de la situación ha demostrado que fue insuficiente.

Ese primer paquete de estímulo fue el triple del puesto en práctica en 2008 tras el estallido de la crisis financiera, que ascendió a 700 mil millones de dólares, pero el gobierno y los legisladores no se han puesto de acuerdo aún en un segundo paquete de estímulo, que los republicanos valoraron en 1 billón de dólares, muy por debajo del plan demócrata, estimado en 3 billones de dólares y que fue rechazado por los conservadores.