La alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México empezó a representar su multitudinario Viacrucis en 1843, cuando los vecinos se echaron a la calle para pedir el fin del cólera. Este viernes, sin embargo, tuvieron que quedarse en casa por primera vez para resistir a otra enfermedad: el COVID-19.
“Esto comenzó por una epidemia de cólera y ahora hay otra. Si lo hicieran (con público), igual habría más devoción y se quitaba todo esto”, dijo a EFE Julia, una anciana indignada porque la celebración fuera a puerta cerrada.PUBLICIDAD
“Yo ahorita vengo de abajito del Cerro de la Estrella, de la calzada. No hay nada. Nomás están los policías”, lamentó la señora, enfadada al constatar que no habría recorrido, porque en la fe y sus expresiones populares “no tiene nada que hacer el Gobierno”.