El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, anunció que los pasos fronterizos de las ciudades de Ceuta y Melilla reabrirán “en los próximos días”, tras más de dos años cerrados coincidiendo con la pandemia y la crisis diplomática entre España y Marruecos.

Albares hizo este anuncio a los periodistas en Marrakech tras reunirse anoche y también esta mañana con su homólogo marroquí, Naser Burita, en su primer encuentro después de la reconciliación de ambos países a raíz del apoyo por parte de España al plan de autonomía marroquí sobre el Sahara Occidental.

El ministro afirmó que la “decisión política” de la reapertura ya está acordada con Marruecos, pero indicó que será el Ministerio del Interior español el que anuncie la fecha concreta, una vez se solventen unos “aspectos prácticos”.

El acuerdo ya es definitivo y se producirá la apertura por esos pasos y esas aduanas en los muy próximos días”, aseguró.

Albares dejó en manos de Interior “aspectos técnicos” como la regulación de los trabajadores transfronterizos o la actual exención de visado para entrar en Ceuta de Melilla de los habitantes de Nador y Tetuán, sobre la mesa de negociación entre España y Marruecos, pero sí dijo que se quiere acabar con el contrabando.

Queremos que (la reapertura) sea ordenada y gradual, que desaparezca el comercio atípico, que en materia de mercancías estemos en los mejores estándares internacionales de transparencia, dentro de la regulación”, dijo.

Hasta en cuatro ocasiones, los periodistas preguntaron al ministro si durante su reunión con Burita trataron el espionaje con el programa Pegasus a los móviles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a sus ministros de Exteriores, Interior y Exteriores en mayo y junio de 2021, coincidiendo con la avalancha de migrantes que cruzaron a Ceuta ante la pasividad marroquí.

El ministro se limitó en todas ellas a repetir que la relaciones bilaterales “se basan en hechos, no en conjenturas” ni “hipótesis”, y añadió que él no iba a “entrar en ninguna conjetura e hipótesis sobre ningún país del mundo”.

Y añadió, volviendo al acuerdo con Marruecos, que “la nueva etapa” con el país magrebí “está basada en el respeto mutuo, en el beneficio mutuo, en la ausencia de acciones unilaterales”. “Eso sí son cosas concretas”, agregó.

Albares destacó que de la reunión de alto nivel que (RAN) entre España y Marruecos que se celebrará en el país magrebí antes de final de año saldrá un nuevo tratado de amistad y cooperación entre los dos países “que plasmará este nuevo espíritu de ausencia de acciones unilaterales, de respeto mutuo, de beneficio mutuo y de acciones muy concretas”.

Y destacó que en junio se celebrará en España un encuentro del grupo de trabajo para delimitar los espacios marítimos, que lleva sin reunirse desde hace quince años.

La reapertura de Ceuta y Melilla se anunció, aunque sin fecha, tras la reunión el pasado 7 de abril en Rabat entre Sánchez y el rey Mohamed VI, celebrada tras la carta que le envió el presidente español al monarca el 14 de marzo apoyando la propuesta de autonomía para el Sahara.

De esta manera, se puso fin a la crisis abierta cuando España acogió en abril de 2021 al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en un hospital del norte del país, tras lo que, en mayo, miles de personas cruzaron desde Marruecos a Ceuta ante la pasividad de las autoridades marroquíes.

Desde su cierre en marzo de 2020, cuando estalló la pandemia, las aduanas del Tarajal en Ceuta y de Beni Enzar de Melilla han abierto puntualmente para, en un primer momento, dejar salir a autocaravanas europeas que se habían quedado “atrapadas” en Marruecos y, luego, devolver a migrantes que habían entrado en territorio español ilegalmente.

Antes de esa fecha, en 2018 Marruecos ya había cerrado la aduana comercial de Melilla y un año después había suspendido el contrabando con Ceuta. La idea del gobierno español, tal y como sugirió hoy Albares, es volver a abrir esa aduana de Melilla e instalar una en Ceuta.

Por esas dos fronteras pasaban diariamente unas dos mil 500 personas en Ceuta y casi dos mil en Melilla, la mayoría trabajadores transfronterizos empleados en las dos ciudades autónomas españolas o los llamados porteadores, casi siempre mujeres que compraban mercancías y las llevaban a Marruecos