Los trabajos periciales dentro de un domicilio en el que, presuntamente, un hombre mató a una mujer, y posiblemente otras más de quienes se buscan indicios en el interior de la casa, ubicada en la colonia Lomas de San Miguel, en Atizapán de Zaragoza, continuamente atrae a los curiosos que quieren conocer los detalles sobre su vecino Andrés “N” de 72 años de edad.
Desde el sábado 15 de mayo que fue detenido, al que ahora llaman “feminicida serial”, las miradas se congregan sobre la calle Margaritas, donde las historias coinciden en torno a la personalidad del ahora detenido que, según las autoridades ha confesado, al menos, 30 feminicidios por lo que fue ingresado al Centro Penitenciario de Tlalnepantla mejor conocido como “Penal de Barrientos”.
El señor Alfonso, con residencia en calle Petunia, lo conocía como todos pero, cuenta a La Prensa, que tuvo contacto con Reyna días antes de morir a manos de Andrés, la recuerda como una mujer amable en su trabajo, le tocó ser atendido por ella en el local de telefonía muy cerca del mercado, y supo de la relación que tenía con al ahora detenido, aunque desconoce si la víctima de 34 años era casada y tenía dos hijas.
Fue el hijo de Alfonso el que le preguntó: “papá, ¿conoces a esta chica?, fíjate que pasó esto y primero dije que no, pero después a tanto y tanto, supe quién era”, recuerda asombrado el señor, quien además, refiere que casi nunca los vio juntos, por lo que no sabe desde cuándo tenían un relación sentimental.
Por las calles del perímetro, se le conocía como el “chino” o “chinito”, se le veía acudir al mercado como un vecino cualquiera, y aunque cobró fama por su manera de beber, nunca lo vieron meterse en problemas con nadie, aunque ha dejado, desde su detención, una profunda huella de miedo entre su comunidad.
“Estamos expuestos a este tipo de personas”, dijo Don Alfonso, y recordó con risa nerviosa, “los niños de la vecina lo abrazaban de las piernas, le decían hola chinito, ¿se imagina?”, dice mientras se frota las manos.
Cómo presidente de la colonia, Don Alfonso, describe a Andrés “N”, “muy solo, ebrio y en su mundo, no podríamos decir que era agresivo, un vecino normal”, también mencionó que la relación con su hermana y sobrina, quienes anteriormente vivían a dos casas del predio donde ahora buscan las autoridades más evidencias, era mala y que, entre ellos, llegaron a tener problemas, antes de que las mujeres volvieran a su natal Oaxaca.
Algunos todavía no pueden creer el terror que se vive en Lomas de San Miguel, donde continúan los trabajos de las autoridades para hallar más evidencias de lo que presuntamente, cometió el asesino serial de Atizapán de Zaragoza.