En la Cámara de Diputados, el debate sobre la extinción de fideicomisos, en particular las reservas, provocó un pleito cuerpo a cuerpo en la Tribuna, que terminó por reventar la sesión.

La presentación de la propuesta del diputado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Iván Pérez Negrón, de sumar un artículo 20 transitorio, para que el Fondo de Salud para el Bienestar, entregue los cerca de 100 mil millones de pesos que acumula, a la Secretaría de Salud, y se utilicen en asuntos de salud y otros propósitos como la estabilidad de las finanzas, caldeó los ánimos.

La confrontación y falta de acuerdos derivaron en la toma de la Tribuna por parte de la oposición que, a golpes, empujones, patadas, jaloneos e insultos, se disputó el control del lugar con la mayoría.

En la trifulca, congresistas de uno y otros bandos se arrancaron y rompieron los carteles y pancartas de protesta mostradas en el Pleno; un diputado perredista se llevó un rodillazo en los testículos; integrantes de Morena casi bajan de la Tribuna, a jalones de corbata, al panista Miguel Riggs. Los morenistas ofrecieron a los panistas una casa de campaña como las que el movimiento FRENA instaló en su plantón en el Centro Histórico.

El coordinador Mario Delgado, se sumó al desorden, al condenar la toma de Tribuna, gritar desde su curul y a lo lejos de la Tribuna, que los panistas y priístas eran unos “cobardes”, aunado a que están “en la lona, moralmente derrotados”. El congresista abonó al desencuentro, publicando en redes sociales, el video donde profirió tales sentencias. La oposición respondió al grito de “¡Pío, Pío, Pío!”.

“¡Quieren moche!”, reviró la mayoría. El remolino de manotazos, empellones e insultos, finalmente obligó a la Mesa Directiva, que permitió se alargara el debate y con ello, se enervaran los ánimos, a decretar un receso que arrancó minutos antes de las nueve de la noche del martes 6 de octubre, y se alargará hasta las 09:30 horas de este miércoles 7 de octubre. Aunque la presidenta del recinto intentó, con discursos en voz alta, hacer entrar en razón a ambos bandos, no lo logró. La gritería de los demás congresistas ahogaba su voz.

La insistencia de la mayoría en meter mano a los recursos del Fondo de Salud, antes Fondo de Gastos Catastróficos, destinado a la atención de las enfermedades más costosas para las personas sin servicios de seguridad social, elevó el grado de desacuerdo y confrontación en el recinto.

Los congresistas se olvidaron por completo de la sana distancia, pese al riesgo de contagios por COVID-19. Codazo a codazo, patada por patada, armaron un remolino de empujones, insultos y jaloneos, con el fin de impedir que la reserva se aprobara.

La oposición pidió que el voto para abrir la discusión en la materia se hiciera en el tablero.

También sin éxito, demandaron la verificación del quórum. La mayoría se negó, alegando que no cedería a la presión de las minorías, y sin decirlo, para no poner en riesgo el debate, si se comprobaba que no tenían votos suficientes para sostener el punto, o bien, para mantener el quórum.

Aunque los coordinadores de oposición y la mayoría fueron convocados por la Directiva a reunirse para destrabar el conflicto, ningún bloque cedió sino hasta tres horas después, cuando decidieron extender hasta el día siguiente el receso.

Los líderes del Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), demandaron a la presidenta de la Cámara, Dulce Sauri, retirar la reserva del diputado Pérez Negrón, con el argumento de que modificaba una ley no incluida en el dictamen a discusión.

El propio congresista reconoció en su discurso, que las modificaciones a normas en materia de salud, no formaron parte del proyecto aprobado en comisiones. Sin embargo, argumentó, era necesario proponer el uso del dinero del Fondo de Salud para el Bienestar, para atender la pandemia por coronavirus.

“Aún y cuando no está en el dictamen, es un tema que venía en una de las iniciativas, presidenta, por tanto, claro que es tema. Yo nunca dije ni hice referencia a la Ley General de Salud, que la Comisión no lo haya incorporado en el dictamen que está a consideración, no implica que no sea un tema”, defendió.

El bloque opositor advirtió que la introducción de cambios a una ley no contemplada en el proyecto, en este caso la Ley General de Salud, era ilegal y violatoria de los procedimientos parlamentarios. El propósito real del cambio, acusaron, es el “agandalle” de la mayoría con los 70 mil millones de pesos que saldrán de eliminar 109 fideicomisos, y con 100 mil millones más del Fondo de Salud.

“Con este vigésimo transitorio se está modificando la Ley General de Salud, por supuesto, entonces ya no van a ser 109 fideicomisos, van a ser 110 y el gobierno se va a hacer de recursos casi por 170 mil millones de pesos. Eso es lo que implica la modificación a la Ley General de Salud”, sentenció el priísta Fernando Galindo.

“Es tan infame como modificar la Constitución a través de un transitorio, no es ni oportuno ni es legal, esa reserva no es parte del dictamen que estamos teniendo, ni siquiera es parte de los 109 fideicomisos y fondos, es un golpe a la salud, un golpe al Insabi y un golpe a los mexicanos, no podemos permitirlo, es una adición tramposa, mañosa e ilegal”, alertó el diputado panista José Elías Lixa.