Un reanálisis detallado de datos obtenidos hace más de una década sugiere que Titán, la mayor luna de Saturno, no alberga un vasto océano subterráneo de agua líquida, como se había planteado. En su lugar, bajo la corteza helada habría más hielo, con túneles fangosos y bolsas de agua de deshielo cercanas al núcleo rocoso, de acuerdo con investigadores de la Universidad de Washington.
Un nuevo enfoque a datos antiguos
El estudio, publicado en Nature, fue liderado por la NASA y contó con la colaboración de Baptiste Journaux, profesor asistente de Ciencias de la Tierra y el Espacio, y Ula Jones, estudiante de posgrado. Journaux integra además el equipo de la próxima misión Dragonfly, cuyo lanzamiento está previsto para 2028.
Los resultados servirán para orientar la misión y podrían aportar evidencia sobre la posibilidad de vida en Titán, así como una respuesta definitiva sobre la existencia —o no— de un océano global.
Farthest ever landing. Titan landing.
— Astronomy Vibes (@AstronomyVibes) November 27, 2025
It's a shame many people don't know we landed on a moon of Saturn. pic.twitter.com/CDSs2TIOnv
De océano a aguanieve
Los datos de la misión Cassini llevaron inicialmente a proponer un gran océano bajo el hielo de Titán. Sin embargo, los modelos con un océano abierto no coincidieron con las propiedades físicas observadas. Un análisis más fino reveló un escenario distinto:
“En lugar de un océano abierto como el de la Tierra, probablemente estemos viendo algo más parecido al hielo marino o a acuíferos del Ártico”, explicó Baptiste Journaux.
Este modelo con más aguanieve y menos agua líquida permite explicar las observaciones sin requerir un océano global.
La clave: el retraso en la deformación
Cuando Titán orbita a Saturno, su forma se estira y comprime por la gravedad del planeta. Antes se pensó que solo un océano profundo permitiría tal deformación. El nuevo estudio incorporó un factor decisivo: la sincronización.
La deformación máxima ocurre unas 15 horas después del pico de atracción gravitacional. Ese retraso indica un interior más viscoso, capaz de disipar más energía de la esperada en un escenario oceánico.
“Nadie esperaba una disipación de energía tan fuerte en el interior de Titán”, señaló Flavio Petricca, investigador del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Implicaciones para la búsqueda de vida
Aunque Titán es extremadamente frío (alrededor de –297 °F) y en su superficie el metano líquido forma lagos y lluvias, los científicos creen que bolsas de agua dulce podrían alcanzar hasta 20 °C en el subsuelo. Al concentrar nutrientes en volúmenes pequeños, este entorno podría favorecer formas de vida simples, similares a ecosistemas polares de la Tierra.
Lejos de descartar la vida, los nuevos hallazgos redefinen dónde y cómo buscarla en uno de los mundos más intrigantes del sistema solar.



