La batalla legal por el uso de la imagen del actor Peter Cushing en Rogue One: Una Historia de Star Wars llegó al Tribunal de Apelaciones, donde las compañías cinematográficas buscan que la demanda en su contra sea desestimada.
El origen del conflicto
Tyburn Film Productions emprendió acciones legales contra Lunak Heavy Industries (UK) Ltd —propiedad de Disney y productora de Rogue One— por el uso de la imagen del actor, fallecido en 1994. Cushing interpretó a Gran Moff Tarkin en Star Wars: Episodio IV – Una Nueva Esperanza (1977), y su personaje fue recreado digitalmente en 2016 mediante efectos especiales, tras un acuerdo entre Lunak y los albaceas de su patrimonio.
La demanda sostiene que Lunak y Lucasfilm incurrieron en “enriquecimiento injusto”, pues Tyburn afirma tener un acuerdo firmado con Cushing en 1993 que prohibía reproducir su imagen mediante efectos especiales sin su autorización.
Compañías niegan violaciones contractuales
Lunak y Lucasfilm rechazan la versión de Tyburn y aseguran que, según el contrato original del actor para Una Nueva Esperanza, no era necesaria dicha autorización. Dos tribunales ya negaron previamente sus intentos de frenar el juicio, lo que llevó a las compañías a elevar el caso al Tribunal de Apelaciones.
En sus alegatos, Edmund Cullen KC calificó la demanda como “legalmente insostenible” y afirmó que no hubo ningún beneficio indebido a expensas de Tyburn:
“Los albaceas de Cushing no nos han otorgado nada a lo que el demandante tuviera derecho contractual.”
También señaló que los acuerdos firmados en 1993 y 2016 —ambos relacionados con la posibilidad de “resucitar” digitalmente a Cushing— no estaban coordinados entre sí. Añadió que, aunque no creían necesaria una licencia adicional, Lunak obtuvo un acuerdo con los albaceas del actor mediante un pago considerable.
Fallos previos y argumentos en disputa
En 2023, las empresas pidieron una sentencia preliminar a su favor alegando que el supuesto enriquecimiento “no existía”, pero la jueza Francesca Kaye rechazó la solicitud. El juez Tom Mitcheson también desestimó una apelación posterior, al considerar que el caso no era “irrebatible” y que requería una revisión fáctica más profunda.
Por su parte, Tom Moody-Stuart KC, abogado de Tyburn, asegura que los derechos de la compañía son “únicos y de valor sustancial”, y que el caso debe llegar a juicio. Argumentó que el acuerdo de 1993 otorgaba a Tyburn el derecho exclusivo a decidir sobre cualquier aparición de Cushing —completa o parcial— mediante efectos visuales, e incluso a ser la primera empresa autorizada para “resucitarlo” digitalmente.
“La clara intención de las partes era permitir al demandado dar el primer paso en resucitar a Cushing”, afirmó.
Lo que sigue
La audiencia ante el Tribunal de Apelaciones, integrada por la Baronesa Carr, el juez Birss y el juez Zacaroli, está programada para el miércoles. La disputa por la recreación digital del icónico actor de Star Wars continúa avanzando hacia una nueva etapa judicial.



