El Observatorio Europeo Austral (ESO) narró esta semana un episodio digno de novela científica: la detección temprana de la supernova SN 2024ggi permitió observar, por primera vez en la historia, la fase exacta en que la onda expansiva de una explosión estelar rompe la superficie de la estrella.
Todo comenzó la noche del 10 de abril de 2024, cuando la supernova fue detectada. El astrónomo Yi Yang, de la Universidad de Tsinghua, acababa de aterrizar en San Francisco tras un vuelo largo. Aun así, la urgencia lo hizo actuar de inmediato.
“Sabía que tenía que actuar con rapidez”.
We just saw the exact moment a star exploded for the first time ever.
— Massimo (@Rainmaker1973) November 19, 2025
Astronomers have achieved a rare feat: imaging the exact moment a massive star detonated—and the explosion was anything but spherical.
SN 2024ggi, a supernova located 22 million light-years away in the spiral… pic.twitter.com/yUWMG4lcqa
Doce horas después, Yang envió una solicitud al ESO. El permiso fue aprobado de forma acelerada y el Very Large Telescope (VLT) en Chile apuntó hacia la supernova el 11 de abril, apenas 26 horas después de su detección inicial.
FORS2, el instrumento clave
Las observaciones fueron realizadas con FORS2, un espectrógrafo de alta versatilidad que permite descomponer la luz de objetos astronómicos y, además, efectuar espectropolarimetría, una técnica capaz de revelar detalles sobre la geometría de las explosiones estelares.
“La espectropolarimetría proporciona información sobre la geometría de la explosión que otros tipos de observación no pueden ofrecer”,
señaló Lifan Wang, profesor de la Universidad Texas A&M.
Una supernova cercana en términos cósmicos
La estrella que dio origen a SN 2024ggi tenía cerca de ocho veces la masa del Sol y se encontraba en la galaxia NGC 3621, hacia la constelación de la Hidra, a 22 millones de años luz.
“Las primeras observaciones del VLT captaron la fase durante la cual la materia acelerada por la explosión cerca del centro de la estrella atravesó la superficie”,
explicó Dietrich Baade, astrónomo del ESO.
Durante unas horas, los científicos lograron observar simultáneamente la estructura de la estrella y el desarrollo de su explosión, un logro que marca un antes y un después para la astrofísica.



