El avión experimental X-59 Quesst de la NASA surcó por primera vez los cielos del desierto de Mojave, en California, marcando un hito en la historia de la aviación. Este innovador avión está diseñado para reducir drásticamente el ruido del estampido sónico, abriendo la puerta a que los vuelos comerciales vuelvan a superar la barrera del sonido sobre tierra.
Un vuelo histórico sobre Mojave
El X-59, construido por Lockheed Martin’s Skunk Works, despegó desde la planta 42 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en Palmdale, con el piloto de pruebas Nils Larson al mando.
Durante el vuelo, que duró cerca de una hora, se verificó la seguridad y aeronavegabilidad de la nave antes de aterrizar cerca del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la NASA, en Edwards, California.
“El X-59 es un símbolo del ingenio estadounidense. Representa nuestro deseo de llegar más lejos, más rápido y más silenciosamente que nunca”, destacó Sean Duffy, administrador en funciones de la NASA.
The X-59 has completed its first flight! 🎉✈️
— Lockheed Martin (@LockheedMartin) October 28, 2025
A new era of supersonic flight begins with Skunk Works® and @NASA. pic.twitter.com/iqtNWC6TxJ
Redefinir el vuelo supersónico
Desde hace décadas, los vuelos comerciales supersónicos están prohibidos sobre tierra firme en EU, debido al potente estampido sónico que genera romper la barrera del sonido. Aviones como el Concorde solo podían volar a esas velocidades sobre los océanos.
El X-59 busca cambiar eso con un diseño que dispersa las ondas de presión para generar un sonido mucho más leve. Su morro largo y delgado, que constituye un tercio de la longitud total, y su motor montado sobre el fuselaje, permiten redirigir las ondas hacia arriba, reduciendo el impacto acústico en el suelo.
La NASA espera que los datos obtenidos sirvan para desarrollar aviones supersónicos comerciales más silenciosos en el futuro.
Tecnología y diseño únicos
El X-59 es un monoplaza monomotor de casi 30 metros de largo y 9 de ancho, el doble de grande que un caza F-16. Utiliza componentes de varios modelos:
- Cabina y asiento eyectable del entrenador T-38.
- Tren de aterrizaje del F-16.
- Palanca de control del F-117.
- Motor General Electric F414, modificado del caza F/A-18.
Puede alcanzar una velocidad de crucero Mach 1.4 (925 mph) y volar a 55,000 pies de altitud, casi el doble que un avión comercial.
Una de sus innovaciones más llamativas es que no tiene parabrisas. En su lugar, el piloto utiliza un monitor 4K, parte del Sistema de Visibilidad Exterior, que proyecta imágenes en tiempo real del entorno.
“Eliminar el cristal evita ondas de choque que afectarían el desempeño del avión”, explicó Michael Buonanno, líder del proyecto en Lockheed Martin.
Los próximos pasos
En su primer vuelo, el X-59 alcanzó 240 mph a baja altitud. En futuras pruebas, aumentará gradualmente su velocidad hasta romper la barrera del sonido.
“El objetivo principal del primer vuelo es aterrizar”, dijo James Less, piloto del proyecto X-59, quien acompañó la misión desde un caza F-15 para monitorear posibles fallos.
Con este avance, la NASA da un paso decisivo hacia una nueva generación de vuelos supersónicos sostenibles y silenciosos, que podrían revolucionar la forma en que viajamos por el mundo.



