Habitantes de la colonia Segunda Ampliación Santiago Acahualtepec, en Iztapalapa, denuncian que el agua de la red de suministro llega con olor a drenaje, lodo y gusanos, y solo durante una hora al día, entre las 9 y 10 de la mañana. Los lunes, tras el corte dominical, el líquido llega aún más contaminado.
“El filtro de la salida de los tinacos se contrae por tanta contaminación”, explicó Antonio Cervantes, quien recientemente removió una capa espesa de nata del fondo de su tinaco y encontró un gusano atrapado entre los sedimentos. A pesar de usar filtros y calcetines para filtrar el agua, el líquido sigue amarillento al salir de la llave.
Dificultades diarias y soluciones improvisadas
En la casa de Guadalupe González y Zenón Hernández, la escasez complica los quehaceres:
- Para que el agua salga menos sucia, deben dejarla correr al menos una hora, aunque prefieren no desperdiciarla.
- Cubren llaves y regaderas con telas y calcetines, pero los sedimentos los ennegrecen en pocos días.
Los vecinos describen el agua con sarcasmo: “sale atole de mugre” y “está más negra que mi conciencia”, y denuncian que el problema persiste más de 20 años sin solución de las autoridades.
Purificadoras y medidas alternativas
Con el cierre temporal de purificadoras, la semana pasada, la situación se agravó. Rogelio Candanoza señaló:
“Tenemos que usar necesariamente agua de garrafón; esta agua no se puede purificar”.
Algunos vecinos incluso usan agua purificada para lavar trastes, buscando prevenir enfermedades. Candanoza advirtió que la escasez y contaminación del agua podrían derivar en un problema mayor, al que ni la población ni el gobierno prestan atención.
Ana Karen Soriana, operadora de un local de purificación desde hace 12 años, explicó que el agua:
- Llega con muchos sedimentos, minerales y cloro.
- Al realizar pruebas químicas, la densidad supera las 10 gotas en sus filtros, cuando lo normal debería ser una gota, reflejando la alta concentración de contaminantes.



