Tras los fuertes aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Brasil busca aprovechar sus vastas reservas de tierras raras como carta de negociación para aliviar la tensión comercial entre ambos países.
Brasil, potencia en tierras raras
El gigante sudamericano es el segundo país del mundo con mayores reservas de estos minerales estratégicos, indispensables para la industria digital, automotriz, militar y energética. Solo China lo supera en volumen y capacidad de procesamiento.
Las tierras raras, un conjunto de 17 metales pesados esenciales para fabricar baterías, imanes, turbinas y misiles de precisión, se han convertido en un elemento clave de la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
“Las tierras raras tienen el poder de una palanca geopolítica”, explicó Gilberto Fernandes de Sá, del laboratorio de Tierras Raras de la Universidad Federal de Pernambuco.
Aranceles y tensiones políticas
Trump impuso aranceles de hasta 50% a la mayoría de los productos brasileños en agosto, en represalia por lo que considera una “caza de brujas” contra el ex presidente Jair Bolsonaro, condenado por una intentona golpista en 2022.
Sin embargo, el mandatario estadounidense aseguró que estaría dispuesto a reconsiderar los aranceles “en las circunstancias adecuadas”.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva y Trump prevén reunirse este domingo en Malasia, al margen de la cumbre de la Asean, para abordar la crisis comercial. Lula adelantó que pondrá sobre la mesa el tema de los minerales críticos:
“Podemos discutir cualquier cosa... De Gaza a Ucrania, Rusia, Venezuela, minerales críticos, tierras raras”, dijo el mandatario desde Yakarta.
Estados Unidos busca alternativas a China
China posee cerca de la mitad de las reservas mundiales (44 millones de toneladas), mientras que Brasil cuenta con unas 21 millones, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Además, Pekín controla la mayor parte de la producción global y recientemente anunció nuevas restricciones a la exportación de tecnologías relacionadas con estos materiales.
Frente a ello, Washington intenta reducir su dependencia de China. Esta semana firmó un acuerdo con Australia, cuarto país con más reservas, y ahora busca acercarse a Brasil.
“Se abre una ventana de oportunidad muy grande para que tengamos una gran sinergia con Estados Unidos en esta área”, declaró Alexandre Silveira, ministro brasileño de Minas y Energía.
Intereses en juego
Actualmente, empresas estadounidenses son las principales inversionistas en tierras raras en Brasil, especialmente en el estado de Goiás. Sin embargo, Fernandes señala que ninguna desarrolla las aplicaciones más avanzadas de estos minerales, como la separación o la fabricación de imanes especializados, un campo donde China lleva la delantera.
Pese a los intereses de Washington, la relación entre Brasil y China, ambos miembros del grupo BRICS, sigue siendo sólida, lo que complica la posición de Lula ante Trump.
“La situación estratégica de Brasil es complicada”, resumió Fernandes.
Mientras tanto, las tierras raras se consolidan como el nuevo eje de una batalla geopolítica que definirá la economía global de las próximas décadas.




