Después de casi seis años sin fiesta en las calles, la cultura sonidera volvió a llenar de ritmo y color el corazón de Tepito durante el 68 aniversario de los mercados de las Lagunillas, Granaditas, los Tepitos y Martínez de la Torre, siete centros de abasto que mantienen viva la tradición comercial del barrio.
Un regreso con ritmo y orgullo
Más de 50 sonideros se reunieron sobre la avenida Del Trabajo para celebrar al ritmo de cumbia, salsa, guaracha y otros géneros tropicales. Entre los invitados destacó Ramón Rojo Villa, mejor conocido como La Changa, quien recordó sus inicios en grupos como Morzolote y La Socia de la Casa Blanca de Tepito.
“El barrio significa las raíces, la cuna de todo el movimiento sonidero; aquí nació esta fuerza que ha rebasado fronteras”, compartió el legendario DJ.
Con una trayectoria que comenzó en 1968, La Changa ha llevado la música del barrio a Estados Unidos, Portugal, España y próximamente Japón, y agradeció el apoyo de la Secretaría de Cultura por hacer posible el regreso del evento.
Tradición que se mantiene viva
El boxeador Carlos “El Chino” Herrera, también originario de Tepito, destacó que la celebración se realizó en una calle más amplia “para que la gente pueda disfrutar del evento”, el cual concluyó después de las 18:00 horas.
Por su parte, Lupita “La Cigarrita”, quien creció en una familia dedicada al sonido, expresó su orgullo por pertenecer a una tradición que lleva “en el alma, el corazón y las venas”. Recordó que, desde 2022, la cultura sonidera es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México, lo que representa para los tepiteños “la historia de los sonidos”.
Fiestas y tradiciones en la capital
Mientras Tepito celebraba, en Iztapalapa integrantes de pueblos y barrios originarios bloquearon avenida Rojo Gómez y calzada Ermita Iztapalapa durante un par de horas, exigiendo recursos para mantener sus fiestas patronales y carnavales. Más tarde fueron atendidos por la Dirección General de Gobierno.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, llamó a los capitalinos a mantener la paz y rechazar la violencia en las celebraciones tradicionales, subrayando que su propósito es preservar la cultura y promover la convivencia.