Aunque el asteroide 2024 YR4 fue descartado como una amenaza para la Tierra, su posible impacto con la Luna, anunciado por la NASA en marzo, encendió la conversación sobre la necesidad de fortalecer misiones de defensa planetaria. En México, un grupo de científicos trabaja precisamente en ello.
Asteroides cercanos: un riesgo latente
El astrofísico José Ramón Valdés, del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), lidera un equipo dedicado a determinar propiedades físicas y orbitales de asteroides, con énfasis en los que se acercan a la Tierra.
“Se estima que hay millones de asteroides cercanos a nuestro planeta, pero hasta ahora solo se han descubierto unos 40 mil”, explica Valdés.
Conocidos coloquialmente como los “Cazadores de Asteroides”, su misión es detectar y estudiar el mayor número posible de estos cuerpos rocosos. Como señala el astrónomo:
“Si queremos saber si son peligrosos, primero debemos conocerlos bien”.
Tonantzintla: el ojo mexicano que mira al universo
El trabajo del equipo se lleva a cabo desde el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla (OANTON), en San Andrés Cholula, Puebla, donde se encuentra la histórica Cámara Schmidt, un telescopio diseñado para fotografiar grandes áreas del cielo.
Este instrumento cumplió 83 años el pasado 17 de febrero y, pese a su antigüedad, sigue siendo clave en la búsqueda de asteroides.
“¡Y todavía lo usamos! Hoy está dedicado, sobre todo, a la búsqueda de asteroides”, afirma Valdés.
Cómo se cazan los asteroides
Cuando el cielo está despejado, la Cámara Schmidt puede capturar imágenes del cielo completo hasta cinco veces por noche. Al día siguiente, sistemas automatizados comparan las imágenes para detectar cualquier objeto que se haya movido respecto a las estrellas conocidas.
“El objeto que no esté en este catálogo nos indica que se puede tratar de un asteroide”, explica Valdés.
Uno de los ejemplos recientes es el asteroide 2024 YR4, descubierto en diciembre pasado y considerado inicialmente como un posible riesgo para la Tierra en 2032. Sin embargo, los cálculos más recientes descartan ya esa posibilidad.
Vigilancia permanente
Los asteroides suelen encontrarse en el cinturón principal, entre Marte y Júpiter, a unos 400 millones de kilómetros del Sol. El problema comienza cuando interacciones gravitacionales los sacan de ese cinturón y los acercan a nuestro entorno.
Por eso, el trabajo del equipo del INAOE es clave para anticipar posibles amenazas y generar conocimiento que fortalezca los esfuerzos globales de protección planetaria.