Especialista advierte que la productividad no debe sacrificarse; propone flexibilidad y gradualidad en las empresas
La reducción de la jornada laboral puede traer beneficios reales para trabajadores y empresas solo si se acompaña de políticas complementarias, advirtió Rafael Sánchez, profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Madrid.
Durante su participación en el seminario “Reducción de la jornada laboral: ¿Qué nos dice la evidencia sobre su impacto en el empleo y la productividad?”, organizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el especialista remarcó la importancia de aplicar medidas que faciliten la transición sin afectar la competitividad ni los costos operativos de las empresas.
Claves para una reducción efectiva de jornada
Rafael Sánchez explicó que, para que la reducción de horas laborales tenga efectos positivos, deben considerarse al menos tres tipos de políticas complementarias:
- Adaptabilidad laboral, como:
- Bandas horarias de entrada y salida
- Trabajo híbrido o remoto parcial
- Flexibilidad en la distribución horaria, permitiendo:
- Promediar 40 horas semanales, sin importar la distribución diaria
- Gradualidad en la implementación, para no afectar abruptamente los costos de operación
“No es lo mismo aplicar esta política en un país con fuerte crecimiento económico que en uno con productividad estancada”, advirtió.
Beneficios esperados si se aplican correctamente
Entre las ventajas que estas medidas pueden generar se encuentran:
- Reducción del ausentismo
- Disminución de los costos de traslado
- Mayor conciliación entre vida laboral y personal
- Mantenimiento o incluso aumento de la productividad
Además, el experto no descartó que en algunos contextos pueda ser necesaria la intervención del Estado mediante apoyos financieros temporales, especialmente en sectores con márgenes ajustados.
Un cambio que debe diseñarse con cuidado
El profesor concluyó que, si bien la reducción de la jornada laboral es un paso progresista, su diseño debe ser riguroso y contextualizado para evitar efectos adversos. Implementar la reforma sin medidas complementarias —alertó— podría generar el efecto contrario: menor productividad, mayores costos y riesgos de desempleo.