El líder del grupo libanés, Naim Qassem, condiciona el diálogo interno al retiro total de Israel del Líbano y denuncia incumplimientos de EE.UU.
El secretario general adjunto de Hezbolá, Naim Qassem, afirmó este viernes que el grupo chií libanés no está dispuesto a desarmarse en el contexto actual y advirtió que están preparados para una nueva confrontación si persiste la amenaza israelí sobre el Líbano.
“No abandonaremos nuestra fe ni nuestra fuerza. Estamos listos para la confrontación. No habrá rendición ni entrega de las armas de la resistencia, e Israel no nos las va a quitar”, declaró Qassem en un discurso transmitido por canales afines a la organización.
Armas como “garantía de defensa”
El clérigo chií aseguró que el armamento de Hezbolá representa el principal obstáculo a la expansión de Israel en la región y una herramienta esencial para proteger al Líbano. Por ello, condicionó cualquier diálogo interno sobre el desarme a la desaparición completa de la amenaza israelí, lo cual considera aún lejano.
“Sabemos que la confrontación es costosa, pero la rendición nos dejará sin nada. Aprendamos de las experiencias de la región y del mundo”, subrayó.
Violaciones al alto el fuego
Aunque un alto el fuego entró en vigor en noviembre pasado, Qassem denunció que Israel continúa realizando ataques en territorio libanés, incluyendo recientes bombardeos en el Valle de la Bekaa que dejaron una docena de muertos. También reclamó que las fuerzas israelíes se mantienen ocupando cinco colinas en el sur del Líbano, en violación directa de las condiciones pactadas para el cese de hostilidades.
Críticas a Estados Unidos
Las declaraciones de Qassem llegan días después de la visita del enviado especial de Estados Unidos para Siria, Thomas Barrack, a Beirut, quien promueve una propuesta para resolver los puntos aún pendientes del alto el fuego, con especial énfasis en el desarme de Hezbolá.
Qassem criticó duramente dicho plan, al considerar que exige demasiado a cambio de muy poco. Según el dirigente, Washington exige el desarme del grupo a cambio de retiradas militares parciales por parte de Israel y ha incumplido las “garantías” ofrecidas en noviembre.
“El plan estadounidense no es más que una maniobra disfrazada para debilitar la resistencia”, concluyó Qassem, reiterando que su grupo no renunciará a las armas mientras no cesen las amenazas a la soberanía del Líbano.