La empresa biotecnológica Colossal Biosciences, conocida por sus proyectos de desextinción como el del lobo huargo, anunció que trabajará en la resurrección del moa gigante, una especie extinta hace más de 600 años. El ambicioso plan se realizará en alianza con el Centro de Investigación Ngāi Tahu de Nueva Zelanda y el cineasta Peter Jackson, también inversor en la compañía.
El moa gigante (Dinornis robustus) fue la ave más alta que haya existido, con una altura superior a los tres metros. Su desaparición ocurrió aproximadamente un siglo después de la llegada de los primeros asentamientos humanos polinesios a Nueva Zelanda.
The world’s tallest bird is one step closer to a comeback. The Ngāi Tahu Research Centre, Peter Jackson, and Colossal are teaming up to bring the South Island giant moa back to New Zealand. 🇳🇿 Read all about it on @Forbes. https://t.co/f1OE3F5Efo
— Colossal Biosciences® (@colossal) July 11, 2025
Un enfoque cultural, ecológico y científico
Más allá del objetivo genético, el proyecto busca reconectar a las comunidades indígenas con su herencia ecológica y restaurar funciones perdidas en los ecosistemas del sur de Nueva Zelanda (Te Waipounamu).
El plan integrará:
- Mātauranga maorí (sabiduría tradicional indígena)
- Tecnología genética avanzada
- Conservación ecológica participativa
Se pretende reconstruir el genoma de las nueve especies de moa usando ADN extraído de restos subfósiles, y combinarlo con material genético de especies vivas cercanas, como el emú o el tinamú. El objetivo no es clonar un moa idéntico, sino crear un organismo funcionalmente equivalente que cumpla su rol en el ecosistema.
Entre las tecnologías empleadas están:
- Edición genética con CRISPR
- Cultivo celular
- Técnicas de reproducción asistida
“La pérdida del moa fue una lección sobre la fragilidad de la abundancia ecológica”, expresó Mike Stevens, director del Centro de Investigación Ngāi Tahu.
¿Por qué traer de vuelta al moa?
El moa jugaba un papel crucial como “ingeniero de ecosistemas”: dispersaba semillas, controlaba la vegetación y contribuía al equilibrio natural. Su extinción dejó un vacío ecológico que aún no ha sido cubierto.
Desde el plano cultural, era también una fuente simbólica de sustento y adaptación para los pueblos maoríes. Por ello, el proyecto también busca ofrecer:
- Programas educativos en STEM para jóvenes indígenas
- Modelos de ecoturismo sustentables
- Créditos de carbono en beneficio directo de las comunidades locales
Críticas y escepticismo
No todos comparten el entusiasmo del equipo. Expertos como Nic Rawlence, especialista en ADN antiguo, calificaron el proyecto como poco viable:
“Esto es Jurassic Park con pocas probabilidades de éxito”, dijo a The Guardian.
Otros señalan que este tipo de iniciativas podrían distraer recursos y atención de la crisis actual de biodiversidad, en la que más de un millón de especies vivas están en riesgo de extinción.
Colossal rechaza esa visión. En palabras de su CEO, Ben Lamm:
“No se trata solo de traer de vuelta al moa. Se trata de restaurar funciones perdidas de los ecosistemas y de colaborar con pueblos originarios para crear un nuevo modelo de conservación”.
Peter Jackson y los taonga del futuro
El cineasta Peter Jackson, director de El Señor de los Anillos, se sumó al proyecto como aliado e inversor. Asegura que, más allá de la posibilidad de ver un moa caminando por los bosques neozelandeses, lo importante es el conocimiento que se obtendrá:
“Incluso si no logramos ver un moa en esta década, el conocimiento que obtendremos transformará la forma en que entendemos la vida y la restauración ecológica”.
Así, lo que fue durante siglos una leyenda maorí o una ilustración en museos, podría volver a la vida en el siglo XXI. ¿Será el moa el siguiente paso en la era de la desextinción?