El prestigioso torneo de Wimbledon marcará un hito en su historia este lunes con una innovación significativa: por primera vez en 148 años, no habrá jueces de línea en las canchas.
Adiós a una tradición emblemática
A partir de esta edición, el Grand Slam londinense reemplazará a los árbitros de línea por el sistema electrónico Electronic Line Calling Live (ELC), una tecnología de seguimiento de pelota que marcará automáticamente si un tiro fue “out” o “fault”.
Esta decisión, anunciada en octubre de 2023, alinea a Wimbledon con otros grandes torneos como el Abierto de Australia y el US Open, que ya prescinden de jueces humanos en este aspecto. De los cuatro Grand Slams, sólo Roland Garros mantiene la tradición del arbitraje visual.
The AELTC has announced operational updates for next year's Championships, relating to the final weekend schedule and the use of Live Electronic Line Calling.
— Wimbledon (@Wimbledon) October 9, 2024
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Equilibrio entre innovación y tradición
Reconocido por su apego a las tradiciones —como la exigencia de vestimenta blanca para los tenistas y las famosas fresas con crema—, el All England Club ha dado un paso hacia la modernización sin perder de vista su esencia, explicó el director del torneo, Jamie Baker:
“Compaginar la tradición con la innovación es algo que realmente tenemos en cuenta en prácticamente cada decisión que tomamos”.
Baker destacó que la integridad de la competición es prioritaria, y el uso de ELC contribuye a ello. Además, señaló que los jugadores ya están habituados a este tipo de tecnología, por lo que el cambio no debería afectar su desempeño.
Tecnología en lugar de silbatos
La implementación del sistema se basó en pruebas extensas realizadas tras la edición anterior del torneo. Desde 2007, Wimbledon ya utilizaba la tecnología Hawk-Eye como apoyo en algunas pistas.
Este año, se instalaron más de 450 cámaras tanto en Wimbledon como en Roehampton, sede del torneo clasificatorio, para asegurar el funcionamiento eficiente del ELC.
Pese a la eliminación de los jueces de línea, unos 80 exárbitros serán designados como asistentes: estarán presentes en cada pista para apoyar al juez central y atender cualquier eventualidad técnica del sistema.
Wimbledon, reconocible y vigente
Baker defendió el cambio como una evolución que respeta la esencia del torneo:
“Es un paso positivo en términos de apariencia y ambiente de la cancha. Nuestra marca se reconoce de inmediato por las canchas verdes y los tenistas vestidos de blanco”.