Un equipo de investigación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrolla compuestos con mayor especificidad para el tratamiento del cáncer de mama, con el objetivo de atacar únicamente a las células cancerígenas y reducir los efectos secundarios en tejidos sanos.
La iniciativa, liderada por la científica Marlet Themis Martínez Archundia, de la Escuela Superior de Medicina del IPN, busca crear tratamientos más eficaces y menos agresivos para pacientes con cáncer, especialmente en su forma metastásica.
Hacia terapias dirigidas y más seguras
El proyecto se basa en el uso de técnicas bioinformáticas para analizar alrededor de 1,600 compuestos y predecir su efecto sobre la proteína tetraspanina CD-151, la cual está asociada con procesos de metástasis en cáncer de mama y cerebro.
“Buscamos nuevos fármacos que pudieran unirse con afinidad a blancos terapéuticos específicos y que tuvieran potencial inhibitorio”, explicó Martínez Archundia.
Una de las estrategias utilizadas es el reposicionamiento de fármacos, es decir, la búsqueda de nuevos usos para medicamentos ya existentes y previamente aprobados, lo que puede acelerar su aplicación clínica.
Cáncer de mama: un problema urgente
La investigación se enfoca en el cáncer de mama, que en México es la segunda causa de muerte en mujeres de 25 a 59 años. En particular, el estudio analiza el cáncer de tipo triple negativo, uno de los más agresivos y difíciles de tratar.
“La dificultad real es innovar en nuevas estrategias para el tratamiento de este tipo de cáncer. Hay mucho por hacer”, subrayó la investigadora, reconocida en 2022 como mentora en Ciencias por el British Council.
Mediante análisis de biología de sistemas, el equipo identifica biomarcadores altamente expresados en células de cáncer triple negativo y examina las vías alteradas en comparación con células normales, con el fin de encontrar nuevos blancos terapéuticos.
Un fármaco prometedor
Como resultado, el equipo ha identificado un compuesto con actividad similar a medicamentos comerciales, pero con mayor especificidad contra células cancerígenas.
“Estamos trabajando sobre la tetraspanina CD-151 como blanco terapéutico. Ahora estamos en la etapa de evaluación biológica en líneas celulares, que es fundamental para avanzar hacia otras fases del desarrollo”, explicó Martínez Archundia.
Esperanza ante el cáncer metastásico
Actualmente no existe cura para el cáncer de mama metastásico. Las terapias disponibles —quimioterapia, hormonales o biológicas— son paliativas y no siempre eficaces.
Por ello, el desarrollo de nuevos fármacos enfocados en terapias dirigidas representa una esperanza para mejorar la calidad de vida y el pronóstico de pacientes con esta condición avanzada.