Más de cien productores de la alcaldía Milpa Alta se dieron cita en el Monumento a la Revolución para participar en la Feria del Nopal, donde ofrecieron este producto en múltiples presentaciones, como dulces, tamales, mermeladas, pan y tortillas.
Por primera vez, fuera de Milpa Alta
El evento, que continuará este viernes, se realiza por primera vez fuera de la demarcación. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, encabezó la inauguración y anunció que esta feria se repetirá cada tres meses en el mismo lugar, con el objetivo de promover el consumo del nopal y garantizar que sean los campesinos quienes lo comercialicen directamente.
Celebramos nuestras raíces en la #FeriaDelNopal que se lleva a cabo en el #MonumentoALaRevolución.
— Clara Brugada Molina (@ClaraBrugadaM) June 8, 2025
¡Es una gran opción para este día! A partir de las 10:00 y hasta las 20:00 horas. #CapitalDeLaTransformación pic.twitter.com/M7PUqtgQgH
Justicia para los productores
Brugada denunció el desequilibrio que existe entre el precio que reciben los productores y lo que pagan los consumidores. Explicó que actualmente un intermediario compra una caja con 200 nopales en 30 pesos, pero después revende solo 10 piezas por el mismo precio.
“Ante esta gran injusticia, el gobierno está obligado a dar todo el apoyo a los productores para que el nopal llegue directamente del campo a los hogares”, afirmó.
Autosuficiencia agrícola y modernización
La jefa de Gobierno destacó que con una cosecha anual de 200 mil toneladas, el nopal es el único producto agrícola en el que la Ciudad de México es autosuficiente, por lo que subrayó el compromiso de su administración para fortalecer esta producción. También se brindará apoyo para adquirir maquinaria que permita modernizar los procesos.
Patrimonio biocultural
Durante el acto, Brugada Molina anunció la declaratoria de las terrazas agrícolas como patrimonio biocultural. Esta técnica milenaria de cultivo, utilizada en zonas cerriles de Milpa Alta, Xochimilco, Iztapalapa y Tláhuac, fue reconocida como símbolo de resistencia y sabiduría ancestral.
“Es un acto de justicia histórica y ambiental. Allí se defiende la soberanía alimentaria desde la raíz: nuestros pueblos originarios”, concluyó.