Cuando se habla de autos más caros del mundo, suelen mencionarse marcas como Bugatti, Ferrari o Pagani. Sin embargo, ninguno de sus modelos, ni siquiera el Ferrari 250 GTO vendido por 51,7 millones de dólares, supera al vehículo más costoso jamás construido: un coche lunar desarrollado por la NASA en 1971.
Se trata del Lunar Roving Vehicle (LRV), el primer todoterreno eléctrico descapotable que fue conducido exclusivamente por astronautas en la superficie de la Luna. Aunque no tiene lujos ni acabados de cuero, su valor ronda los 450 millones de dólares actuales, y está lejos de cualquier subasta o colección privada.
Enhanced footage from the Apollo 15 Lunar Roving Vehicle, captured by Jim Irwin using the 16mm film camera.
— Mike Constantine (@Moonpans) March 10, 2025
Source: Apollo Flight Journal, enhanced by Moonpans using Topaz Video Enhance and DaVinci Resolve with synchronised mission audio pic.twitter.com/kqPCqgbRfb
Un vehículo hecho para la Luna
El LRV fue diseñado para enfrentar un entorno extremo, sin aire, caminos ni gravedad como la terrestre. Fue construido por Boeing y Delco Electronics para las misiones Apolo 15, 16 y 17. De las cuatro unidades fabricadas, tres llegaron a la Luna y siguen allí, mientras que la cuarta se usó como repuesto.
Tecnológicamente avanzado para su época, el LRV era un todoterreno eléctrico con cuatro motores independientes, uno por rueda. Su velocidad máxima era de 18 km/h, aunque normalmente se limitaba a 14 km/h por seguridad. En 1972, el astronauta Eugene Cernan alcanzó el récord lunar con 18 km/h durante la misión Apolo 17.
El vehículo se manejaba con un joystick en lugar de volante, y contaba con dos baterías no recargables de 36 voltios, que le permitían recorrer hasta 90 km. Medía 3,10 metros de largo por 1,80 de ancho, pesaba 210 kg y podía cargar el doble de su peso, incluyendo dos astronautas y sus equipos científicos.
Una joya tecnológica olvidada en la Luna
Entre sus innovaciones destacaban cámaras frontales y traseras, giroscopio de navegación y una cámara de televisión que se controlaba desde la Tierra. Gracias al LRV, los astronautas del Apolo 15 exploraron 27,8 km de la superficie lunar, ampliando significativamente el alcance de las investigaciones.
Su desarrollo costó 38 millones de dólares en 1971, lo que equivale a unos 281 millones actuales. Por comparación, el Bugatti La Voiture Noire —uno de los autos más caros del mundo— costó 100 millones en desarrollo y se vendió por 16,3 millones.
Las tres unidades del LRV siguen estacionadas en la Luna, ya que traerlas de vuelta habría complicado el despegue por exceso de peso. Hoy son piezas únicas de la historia aeroespacial, invaluables tanto por su coste como por su relevancia científica.
En términos de inversión lunar, estacionarlos allá podría considerarse barato si se compara con los 93 mil millones de euros que la NASA ha destinado al programa Artemis, que busca volver a enviar astronautas al satélite natural. Eso sí, más vale que China no les “aparque” al lado su propio rover en doble fila.