Ayer comenzó en México la aplicación de la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes), en la que participarán 8 mil alumnos de 321 planteles públicos y privados de nivel Secundaria y Media Superior. Este examen, coordinado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), busca medir el rendimiento académico de estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias, además de evaluar por primera vez sus habilidades digitales.
El secretario de Educación Pública, Mario Delgado, informó en un comunicado que la prueba arrancó en 61 planteles y se aplicará a lo largo de 30 días hábiles, entre abril y mayo. PISA es una de las evaluaciones educativas más reconocidas a nivel mundial, ya que permite comparar el desempeño de los estudiantes mexicanos con el de jóvenes de más de 80 países.
#TuSecretarioInforma🗞️ | El maestro @mario_delgado dio a conocer que en los meses de abril y mayo se aplicará la prueba #PISA en 321 planteles públicos y privados de educación Secundaria y #MediaSuperior. Señaló que los exámenes estandarizados tienen limitaciones, mientras que la… pic.twitter.com/xynID4k0yC
— SEP México (@SEP_mx) April 2, 2025
Debate sobre la evaluación educativa
Delgado destacó que, si bien estos exámenes ofrecen información valiosa, presentan limitaciones para evaluar con precisión el desempeño de los estudiantes. “Este tipo de pruebas estandarizadas tienen restricciones importantes y los resultados son relativos, dadas las enormes diferencias que existen en los distintos entornos escolares”, señaló.

El funcionario defendió el modelo de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), el cual prioriza el aprendizaje contextualizado y la equidad educativa. Según la SEP, este enfoque busca reducir brechas de aprendizaje y adaptar la enseñanza a las necesidades específicas de cada comunidad.

En las ediciones anteriores, México ha obtenido resultados por debajo del promedio de la OCDE, lo que ha generado debates sobre la calidad del sistema educativo y la necesidad de fortalecer la formación docente y los recursos escolares. Los resultados de la prueba PISA 2025 serán clave para analizar si las estrategias educativas implementadas en los últimos años han tenido un impacto positivo en el rendimiento de los estudiantes.