Ante la insistencia de Estados Unidos en aplicar medidas proteccionistas, los certificados de origen se perfilan como la principal herramienta para que México y Canadá eviten aranceles adicionales.
Según Turenna Ramírez, socia líder en comercio exterior en Holland & Knight, estos certificados serán un “salvavidas” para los productores de los tres países, ya que garantizan la exención de tarifas si se cumplen los requisitos del T-MEC. En entrevista reciente, señaló que si los únicos aranceles vigentes fueran los del acero y aluminio, y México lograra quedar exento de impuestos adicionales cumpliendo con las reglas de origen, “estaríamos del otro lado”.
Los certificados de origen acreditan que las mercancías no solo provienen de los países del tratado, sino que sus componentes también son producidos en la región. No obstante, muchas empresas aún tienen pendientes en la correcta aplicación de esta certificación. Ramírez advirtió que, aunque es una práctica heredada del TLCAN, algunas grandes compañías han encontrado deficiencias en su documentación de respaldo.

Para cumplir con las reglas de origen, un certificado debe incluir elementos como la descripción y valor de los insumos, el costo de la mano de obra y un sistema de control de inventarios. Además, el T-MEC establece que la trazabilidad del origen de las mercancías debe mantenerse por al menos cinco años, por lo que las empresas deben conservar la documentación correspondiente.
En este contexto, la especialista subrayó la importancia de que los exportadores mexicanos refuercen el cumplimiento de estas reglas para aprovechar al máximo los beneficios del tratado.