Mientras México endurece su postura comercial con China, el mercado interno ha experimentado una expansión acelerada de tiendas de productos chinos en diversas ciudades del país. En la Zona Metropolitana de Monterrey, al menos 14 marcas chinas han establecido 25 megatiendas, ocupando espacios estratégicos en municipios como Guadalupe, San Pedro, Cumbres y Valle Oriente, en locales que anteriormente pertenecían a cadenas nacionales como Famsa y Hemsa.

El fenómeno no es exclusivo del norte del país. En Guadalajara, el crecimiento de estas tiendas también ha sido notable. En los últimos seis meses, la capital jalisciense ha visto la apertura de nuevos establecimientos como Casa Serena, Panda Home y Plaza China, que se suman a otras cadenas ya establecidas como Hogar China y Joinet.
Precios bajos y autoservicio, su principal atractivo
Estos comercios ofrecen una amplia variedad de productos que van desde artículos para el hogar y decoración, hasta herramientas, ropa y tecnología. Sus precios son considerablemente más bajos en comparación con otras tiendas. Por ejemplo, en Guadalajara, se pueden encontrar tazas por 15 pesos, herramientas por 60 pesos y patines eléctricos por 8 mil pesos, mientras que en otros comercios rondan entre 15 mil y 25 mil pesos.

Una de las características distintivas de estos establecimientos es su modelo de autoservicio. A diferencia de los mercados tradicionales, donde la interacción con los vendedores es clave, en estas tiendas los clientes toman sus productos, pagan en cajas digitales y salen sin necesidad de intercambiar palabras con empleados.
Impacto en el comercio local
La expansión de estas tiendas ha generado una reconfiguración en el comercio tradicional. Algunos negocios han optado por compartir espacio con las nuevas tiendas chinas o han sido desplazados por completo. En Guadalajara, por ejemplo, la juguetería La Colonial ahora comparte local con I Hogar, mientras que en Plaza México, el antiguo local de Suburbia fue ocupado por Hogar China, que incluso ofrece un área dedicada a prendas de Shein.

En Monterrey, marcas como Maxi China han establecido sucursales en lugares emblemáticos. Recientemente, Sinazone abrió una tienda de dos pisos en Plaza Fiesta San Agustín, en un espacio donde el costo de renta mensual por metro cuadrado oscila entre 350 y 450 pesos, según expertos en bienes raíces comerciales.
Por su parte, Meico-China se instaló en Aztlán en un espacio donde anteriormente operaba Hemsa, mientras que Inamax rentó un área completa en Plaza Las Palmas, Santa Catarina, en el local que alguna vez ocupó el supermercado Gigante.
Negocios en expansión y demanda laboral
A pesar de la controversia en torno a la procedencia de algunos productos—como peluches sin licencias oficiales de personajes populares—las tiendas chinas operan de manera formal. Sus empleados reportan salarios semanales de entre 2 mil 100 y 2 mil 300 pesos, además de contar con Seguro Social.

El crecimiento de estas tiendas también ha generado una alta demanda de empleo, con múltiples anuncios solicitando personal en casi todos los establecimientos.
El auge de estos negocios sugiere que la presencia china en el comercio mexicano no solo es una tendencia en expansión, sino un fenómeno que está transformando la manera en que los consumidores compran y los comerciantes compiten en el mercado.