Durante la administración de Donald Trump, SpaceX ha fortalecido su presencia en el gobierno federal, asegurando contratos millonarios y expandiendo su influencia en múltiples agencias. La empresa de Elon Musk ha sido promovida como un socio clave en áreas como defensa, telecomunicaciones y exploración espacial.
En el Departamento de Defensa, SpaceX es considerada la mejor opción para trasladar carga militar a nivel global en tiempo récord. La Fuerza Aérea ha otorgado contratos a la compañía para desarrollar sistemas de transporte rápido mediante cohetes, desplazando el uso de aviones tradicionales.
Falcon 9 lifts off from California, completing this booster’s second mission in nine days pic.twitter.com/NoXYkwZkaX
— SpaceX (@SpaceX) March 21, 2025
Por otro lado, Starlink, el servicio de internet satelital de SpaceX, ha sido incluido en el programa de banda ancha rural de 42 mil millones de dólares, tras haber sido excluido durante la administración de Joe Biden. También ha instalado antenas en la Casa Blanca y en la Administración Federal de Aviación (FAA) para mejorar el acceso a internet del gobierno.
Starlink Mini provides reliable high-speed internet even in the most rural locations 🛰️🪜 https://t.co/VznWFNGQEJ
— Starlink (@Starlink) March 22, 2025
En la NASA, la presión de Musk ha llevado a la agencia a priorizar la exploración de Marte, lo que podría traducirse en contratos federales para enviar humanos al planeta rojo. Al mismo tiempo, la empresa ha solicitado nuevos permisos a la FAA y al Pentágono para aumentar su actividad en bases espaciales federales.
La influencia de Musk también se ha consolidado dentro del gobierno. Ex empleados de SpaceX trabajan ahora en la FAA, impulsando regulaciones favorables a la compañía, mientras que Brendan Carr, aliado del empresario, ha sido nombrado presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), facilitando la expansión de Starlink.
Además, el Pentágono evalúa la construcción de plataformas de aterrizaje para Starship, el cohete más grande de SpaceX, con el objetivo de transportar equipos militares en minutos a cualquier punto del planeta.
Sin embargo, el creciente poder de Musk en el gobierno ha generado preocupaciones sobre posibles conflictos de interés. Expertos advierten que el acceso privilegiado del empresario y la eliminación de regulaciones podrían otorgarle ventajas desleales en la asignación de contratos federales.
A pesar de las críticas, SpaceX sigue consolidándose como un actor dominante en la industria aeroespacial y de defensa, asegurando miles de millones de dólares en nuevas oportunidades durante el segundo mandato de Trump.