A siete meses de que termine el ciclo quinquenal de entrega de agua del Río Bravo a Estados Unidos, México ha cubierto solo el 28% de su compromiso, en un contexto de creciente presión por parte de agricultores y autoridades texanas.
Según la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), al 19 de marzo México había entregado 602.8 millones de metros cúbicos de agua de los 2,158 millones que debe aportar antes del 24 de octubre. Las mayores entregas en el ciclo actual se realizaron en septiembre y agosto de 2022, así como en enero de 2025.

El agua proviene principalmente de seis afluentes del Río Bravo, con el Río Conchos aportando el 59.8% del total. Las entregas se realizan en las presas La Amistad (Coahuila) y Falcón (Tamaulipas), cuyos niveles de llenado eran de 21.2% y 12.6%, respectivamente, al 18 de marzo.
El tratado de 1944 estipula que México debe cumplir con la cuota en cinco años, sin fijar una periodicidad específica para las entregas. En noviembre pasado, la CILA firmó el Acta 331, que permite utilizar agua de los ríos San Juan y Álamos en situaciones críticas para compensar el déficit, aunque esto no ha sido suficiente.

Las condiciones de sequía hacen poco probable que México pueda aumentar las entregas en los próximos meses. Según el Monitor de Sequía de México, al 15 de marzo el 42.4% del país tenía déficit de lluvias, mientras que en la cuenca del Río Bravo la cifra ascendía al 83.1%. Chihuahua, principal proveedor de agua para EE.UU., enfrenta una sequía extrema en el 81.7% de su territorio.