A medida que la Generación Z crece, también transforma y populariza nuevas tendencias. Aunque muchas de ellas no son completamente novedosas, las reinterpretan con términos modernos que se ajustan a su entorno y estilo de vida. Un claro ejemplo es la manera en que moldean las dinámicas de pareja, incentivando prácticas como compartir videos juntos en Instagram o TikTok. Dentro de este contexto, ha surgido el fenómeno del throning.
¿Qué es el throning?
El throning, o “tronización”, se refiere a la práctica de relacionarse con alguien para mejorar el propio estatus social. Consiste en elegir una pareja con mayor poder socioeconómico y colocarla en un “trono” para reflejar una imagen de prestigio. En términos sencillos, es como si en Gossip Girl, Dan Humphrey hubiera salido con Serena van der Woodsen no por amor, sino para integrarse a la élite de Manhattan y ganar reconocimiento.

Si bien este fenómeno no es nuevo, comparte similitudes con la hipergamia, un concepto que hace referencia a las relaciones establecidas con el objetivo de ascender socialmente. La diferencia radica en que el throning busca validación externa, lo que puede generar sentimientos de manipulación y vacío en la relación.
¿Un fenómeno común en la Generación Z?
Según una encuesta de la aplicación de citas Plenty of Fish, al menos un 27% de los jóvenes de la Generación Z ha sentido que su pareja los utilizó para ganar estatus. En este sentido, muchas relaciones parecen funcionar como transacciones unidireccionales, donde una de las partes busca aprovechar la influencia social del otro.
Un estudio de Science Advances respalda esta idea, señalando que hombres y mujeres tienden a buscar parejas que sean aproximadamente un 25% más atractivas que ellos. Además, en las aplicaciones de citas, suelen adaptar su comportamiento según la percepción que tienen del atractivo de la otra persona.

El impacto psicológico del throning
El throning no solo tiene implicaciones sociales, sino también psicológicas. Según un artículo de Psychology Today, este tipo de dinámicas pueden afectar la comunicación dentro de la pareja, ya que la búsqueda de reputación se disfraza de sentimientos genuinos. En algunos casos, se alimenta la fantasía de Mujer Bonita, donde se espera que una relación basada en intereses superficiales pueda convertirse en algo real.

Este tipo de relaciones pueden generar problemas de confianza, autoestima e incluso afectar la autopercepción. Al priorizar la validación social por encima del vínculo emocional, la relación se vuelve artificial y vacía, funcionando más como una estrategia de imagen que como un lazo genuino.
¿Pueden funcionar estas relaciones?
Según Stacy Thomson, fundadora de la aplicación de citas Reddi, las relaciones basadas en el throning suelen carecer de autenticidad y respeto mutuo, lo que dificulta la construcción de un vínculo real. En definitiva, aunque esta práctica pueda parecer atractiva a corto plazo, es poco probable que genere relaciones duraderas y satisfactorias.